VATICANO - "LAS PIEDRAS, LOS SONIDOS, LOS COLORES DE LA CASA DE DIOS" a cargo de Su Exc. Mons. Mauro Piacenza - Principios inspiradores en la construcción de iglesias y espacios para la celebración y la adoración de la Eucaristía (II)

martes, 24 octubre 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Los criterios compositivos de una iglesia edificio se basan en la naturaleza del hábitat cultual. Se trata de un espacio complejo y orgánico, simbólico e iconográfico que se ofrece a los christifideles convocados en santa asamblea para la celebración de los divinos misterios. Es pues lugar comunitario, sacramental, mistagógico, escatológico. En su configuración es importante el respeto de la memoria por la inculturación en la Tradición, el respeto de la liturgia por la inculturación en los ritos (lex orandi, lex credendi).
La construcción de una iglesia edificio se imposta sobre un tejido narrativo ordenado por determinados criterios de composición. Éstos deben ser comprendidos por los usuarios, con el fin de acoger el nexo de la narración, de donde participan íntimamente dejándose así atrapar por lo divino. La arquitectura cultual no inventa el esquema de las estructuras que elabora con genialidad creativa, ya que éstas emerge de las exigencias rituales. Pero debe infundir belleza a la composición espacial para conferir a la acción litúrgica el necesario carácter sagrado a través del cual experimentar lo inefable divino.
La iglesia edificio debe ser un espacio caracterizado tanto en el exterior como en el interior.
La coordinación arquitectónica - Un sistema narrativo coherente y comprensible da figura al espacio dedicado a lo sagrado en un programa iconográfico unitario. Ello se realiza componiendo proyectualmente arquitectura, decoración, pintura, escultura, vidriera, decoración, vestiduras, suplementos, luces, sonidos. El conjunto de estos elementos estructura una entidad orgánica vivificada por la acción litúrgica. Se viene así a engendrar un universo ordenado al culto y habitado por la comunidad.
Cada elemento se convierte en parte integrante de una única "instalación" que encuentra su fruto en el altar. Tal "instalación" está sometida a cambios. Ordinariamente varia en referencia a los tiempos litúrgicos y a los ritos celebrados. El espacio debe estar estructurado de modo que puedan prever efímeros ocasionales, juegos luminosos, recorridos procesionales, zonas diferentes. El estilo, siempre y en todo caso, debe disponer a los fieles al recogimiento religioso.
La ideología espacial - El espacio interior debe garantizar la activa participación de los fieles. Es necesario por lo tanto que los elementos rituales sean visibles y comprensibles, que los fieles puedan permanecer sentados o moverse en procesión, que la estructura esté dimensionada a las exigencias rituales y al número de participantes. Además, dentro se debe crear un clima de recogimiento en la participación, por lo que es importante que el sistema de iluminación, la difusión del sonido, la climatización del entorno resulte cómodo a los fieles.
También el exterior tiene valores cultuales, por tanto, no se debe desdeñar el elemento narrativo que se hace anuncio e invitación por medio de las arquitectura, las iconografías, el recurso a las dedicatorias y el sonido de las campanas. No se debe olvidar la relación con el entorno urbanístico, coordinando atrio y portal, materiales y estilos. Es deseable la construcción de entornos anexos a la iglesia edificio, especialmente parroquiales, porque a la lex orandi se debe conjugar pastoralmente la lex vivendi.
Estructuralmente la iglesia edificio engendra un impacto ambiental. Volúmenes, estilo, materiales entran en relación con los otros edificios y con el paisaje. Se plantea pues el problema proyectivo de caracterizar la estructura dedicada al culto. Como norma el edificio debe ser bien reconocible.
En el pasado, construcciones fuertes - como los complejos monásticos y santuarios - no turbaban sobremanera el paisaje, ya que estaban pensados en referencia a la naturaleza y construidos con materiales naturales. Actualmente, la elección de materiales artificiales y heterogéneos al paisaje debe ser cuidadosamente ponderado y se deben estudiar volúmenes que vayan de acuerdo con el territorio. Dado que la iglesia edificio celebra el encuentro del hombre con Dios no puede hacer olvidar que dicho encuentro es ante todo posible en el itinerario que le conduce de la creación al Creador. + Mauro Piacenza, Presidente de la Pontificia Comisión para los Bienes Culturales de la Iglesia, Presidente de la Pontificia Comisión de Arqueología Sagrada. (Agencia Fides 24/10/2006 - Líneas: 53 Palabras: 696)


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