VATICANO - "Es necesario ser capaces de escuchar con el corazón a Dios que habla" recomienda el Papa Benedicto XVI a docentes y estudiantes de las Universidades eclesiásticas romanas en la apertura del Año Académico

miércoles, 25 octubre 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "La profundización de las verdades cristianas y el estudio de la teología o de otras disciplinas religiosas presuponen una educación en el silencio y en la contemplación, pues es necesario ser capaces de escuchar con el corazón a Dios que habla". Esta es la recomendación del Santo Padre Benedicto XVI a los docentes y estudiantes de las Universidades eclesiásticas romanas que la tarde del 23 de octubre se reunieron en la Basílica Vaticana para participar en el Santa Misa de apertura del año Académico, presidida por el Card. Zenon Grocholewski, Prefecto de la Congregación para la Educación Católica. Después de la Misa el Santo Padre se acercó a la Basílica y, después de haber recorrido el pasillo central saludando a los miles de personas que estaban a lo largo de las barreras, dirigió unas palabras a los presente.
El Papa ha recordado como los seminaristas, diáconos, sacerdotes, religiosos y religiosas y no pocos laicos de las Iglesias de todas las partes del mundo, "en particular de las Diócesis de reciente constitución y de los territorios misioneros", vienen a Roma por motivos de estudio. "Ellos encuentran aquí profesores y formadores que proceden a su vez de diversas nacionalidades y diferentes culturas. Esta variedad, no produce si embargo, dispersión porque, como afirma de forma elevada la actual celebración litúrgica, todos los Ateneos, Facultades y Colegios tienden a una unidad superior, obedeciendo a criterios comunes de formación, principalmente a aquel de la fidelidad al Magisterio. Por tanto, al inicio de un nuevo año, alabemos al Señor por esta singular comunidad de docentes y estudiantes, que manifiesta de modo elocuente la universalidad y la unidad de la Iglesia católica."
A continuación el Papa Benedicto XVI ha recordado "la importancia prioritaria de la vida espiritual y la necesidad de atender, junto al crecimiento cultural, una equilibrada maduración humana y una profunda formación ascética y religiosa". El auténtico discípulo del Señor debe cultivar "una íntima amistad con Él en la meditación y en la oración.... El pensamiento siempre necesita purificación para poder entrar en la dimensión en la que Dios pronuncia su Palabra creadora y redentora.... Sólo si proceden del silencio de la contemplación nuestras palabras pueden tener un cierto valor y utilidad y no caer en la inflación de los discursos del mundo que buscan el consenso de la opinión pública. Quien estudia en una institución eclesiástica tiene que disponerse, por tanto, a la obediencia y a la verdad, y cultivar por tanto una especial ascética del pensamiento y la palabra".
Al inicio del nuevo Año Académico, el Santo Padre ha invocado el Espíritu Santo para que ilumine los corazones de los estudiantes. "Vuestro apostolado será fecundo si alimentáis vuestra relación personal con Él, tendiendo hacia la santidad, y teniendo como único objetivo de vuestra existencia la realización del Reino de Dios". (S.L) (Agencia Fides 25/10/2006, Líneas: Palabras:


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