AMERICA/CHILE - “La educación debe nacer, tener como centro y punto de llegada a la persona humana”: Declaración final del Primer Congreso de Educación Católica

martes, 24 octubre 2006

Santiago (Agencia Fides) - En fidelidad a Jesús, “la educación debe nacer, tener como centro y punto de llegada a la persona humana”. Desde esa mirada, el Primer Congreso Nacional de Educación Católica definió, en una Declaración Final, sus principales compromisos, a partir del fecundo servicio que agradecen y de las debilidades que asumen. La Declaración, titulada "La Educación Católica que queremos para Chile" fue dada a conocer, al concluir este viernes el Primer Congreso Nacional de Educación Católica, que reunió durante tres días - del 18 al 20 de octubre - a más de 1.500 personas vinculadas a las obras educacionales de la Iglesia Católica, acogiendo una invitación de los Obispos a poner en común sus reflexiones acerca de la identidad y desafíos de la Educación Católica, de cara al Bicentenario.
En primer lugar ser realiza una valoración del aporte de la Iglesia a la historia de la educación en Chile. Según se lee en la Declaración la enseñanza católica atiende a unos 570.000 estudiantes, cubriendo el 15% de la Educación Escolar y alrededor de 100.000 universitarios, el 22% de la Educación Superior. Además está presente en todas las regiones del país y principalmente entre los sectores más pobres.
Entre las debilidades, la declaración reconoce que la educación católica no siempre ha sabido presentar con creatividad y testimonio suficiente el mensaje del Evangelio, para que los jóvenes se enamoren de la persona de Jesús. y tampoco ha conseguido siempre que todas las familias que confían a sus hijos participen con entusiasmo en su proceso formativo.
el Primer Congreso Nacional de Educación Católica expresa su preocupación frente a "cierta intolerancia" que nos impide reconocer los importantes avances logrados en educación. También preocupa que algunos sectores estén convencidos de que las políticas educacionales son sólo tarea de técnicos o de las fuerzas sociales, marginando a la familia, primera educadora, de las decisiones que afectan o pueden afectar a sus hijos e hijas”.
Entre los compromisos asumidos al final del Congreso destacan: realizar más esfuerzos por la calidad de educación, porque “si una escuela, un colegio o una universidad no son de calidad, no sirven del todo a la persona humana”; mayor esfuerzo por hacer de nuestros procesos educativos, procesos aún más integrales, donde la calidad no sólo sea logros de contenidos, sino de valores humanos y evangélicos; hacer que las instituciones educativas, sean cada vez más organizaciones profesionales; que los profesores y profesoras sean profesionales de excelencia, discípulos y testigos de la fe y los padres eduquen en comunión con el proyecto educativo de nuestros centro; por último el compromiso de “construir una red chilena de instituciones católicas de educación, con el objeto de poner en una mesa común nuestro trabajo y nuestros desafíos”. (RG) (Agencia Fides 24/10/2006 Líneas: 35 Palabras: 476)


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