VATICANO - “Se necesitan familias que no se dejen arrastrar por las modernas corrientes culturales inspiradas en el hedonismo y en el relativismo, y que estén dispuestas a realizar con generosa dedicación su misión en la Iglesia y en la sociedad" afirma el Papa Benedicto XVI en el ángelus

lunes, 9 octubre 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - La liturgia de la Palabra del XXVII domingo del Tiempo Ordinario, 8 de octubre, propone la enseñanza de Jesús sobre el matrimonio y sobre este tema se ha centrado el Santo Padre Benedicto XVI, que acaba de llegar hace pocos días de Castel Gandolfo, antes de rezar el ángelus con los fieles reunidos en la plaza de San Pedro.
Partiendo de la narración bíblica de la Creación, el Papa ha recordado el proyecto originario de Dios sobre el matrimonio, recordado por el Concilio Vaticano II en la Constitución 'Gaudium et spes': "Fundada por el Creador y en posesión de sus propias leyes, la íntima comunidad conyugal de vida y amor se establece sobre la alianza de los cónyuges… Pues es el mismo Dios el autor del matrimonio" (n. 48).
" Mi pensamiento se dirige a todos los esposos cristianos- ha continuado el Santo Padre -: doy las gracias con ellos al Señor por el don del Sacramento del matrimonio, y les exhorto a mantenerse fieles a su vocación en cada una de las estaciones de la vida", y ha deseado que puedan construir "una familia abierta a la vida y capaz de afrontar unida los numerosos y complicados desafíos de nuestro tiempo". Después el Papa Benedicto XVI ha observado: “Hoy particularmente es necesario su testimonio. Se necesitan familias que no se dejen arrastrar por las modernas corrientes culturales inspiradas en el hedonismo y en el relativismo, y que estén dispuestas a realizar con generosa dedicación su misión en la Iglesia y en la sociedad"
Citando la exhortación apostólica "Familiaris consortio" de Juan Pablo II, el Papa ha recordado que "el sacramento del matrimonio “constituye a los cónyuges y padres cristianos en testigos de Cristo “hasta los últimos confines de la tierra”, como auténticos “misioneros” del amor y de la vida” (cfr n. 54). Esta misión se orienta tanto hacia la vida interna de la familia --especialmente en el servicio recíproco y en la educación de los hijos-- como hacia el exterior: la comunidad doméstica, de hecho, está llamada a ser signo del amor de Dios hacia todos. La familia sólo puede cumplir esta misión si está apoyada por la gracia divina". Invitando a todos los cónyuges a rezar continuamente y a perseverar "por mantener los compromisos asumidos en el día del matrimonio", el Santo Padre ha invocado la intercesión de "Maria, Reina de la familia."
Inmediatamente después de la oración, el Papa ha saludado a más de 350 jóvenes "misioneros", de parroquias, asociaciones, movimientos y comunidades de la Diócesis de Roma, que junto con algunos sacerdotes, religiosas y seminaristas, han dado vida a la tercera edición de la "misión de los jóvenes a los jóvenes", denominada "Gesù al centro”. "Queridos amigos - les ha dicho el Santo Padre -, me alegro por vuestro gozoso compromiso de anuncio del Evangelio en las calles y plazas, en las escuelas y hospitales, así como en los lugares de diversión de los jóvenes romanos. Os animo a mantener este estilo misionero en la vida de todos los días, aprovechando siempre las iniciativas formativas diocesanas". (S.L) (Agencia Fides 9/10/2006 - Líneas: 39 Palabras: 564)


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