ASIA/COREA DEL SUR - La "Aldea de las flores”, oasis de la caridad desde hace treinta años al servicio de los pobres, los marginados, los sin techo: una comunidad cristiana vive el amor, el servicio, el compartir

viernes, 6 octubre 2006

Seúl (Agencia Fides) - Es una comunidad cristiana que dedica su vida a la acogida al servicio de los pobres, los marginados, los homeless, huérfanos, minusválidos, ancianos y enfermos terminales, nutriéndolos, asistiéndolos, cuidando de ellos: la comunidad de "Kkottongnae" ("Aldea de las flores”) fundada en el territorio de la diócesis de Cheongju por el Rev. John Ay Woong-jin, ha cumplido treinta años de vida, inspirándose en el pasaje del Evangelio "cualquier cosa que hagáis a uno de estos mis pequeños a mi me lo estáis haciendo” (Mt 25,41).
Para celebrar el 30° aniversario, Mons. Chang Bon-hun Obispo de Cheongju, ha presidido una Santa Misa, en la que ha recordado que "la comunidad de Kkottongnae ha dado muchos frutos en treinta años de actividad. Ha abierto los ojos del espíritu a personas que estaban a oscuras devolviendo una esperanza a muchos pobres y desgraciados. Ha acompañado a muchas personas a vivir una vida hecha de amor, de intercambio y servicio. Ha salvado muchas vidas y muchas familias. Éstos son los frutos del trabajo, de la dedicación, del celo de los religiosos y laicos que trabajan en la comunidad, que han entregado toda la vida."
En tres décadas, han pasado más de 14.000 personas o se han dirigido a Kkottongnae como lugar en el que encontrar un techo, acogida, solidaridad, amor. Actualmente trabajan allí cerca de 800 entre religiosos y voluntarios, que asisten a más de 4.000 personas necesitadas.
El Rev. John Ay Woong-jin, fundador de la comunidad ha subrayado: "La Aldea de las Flores no es sólo un lugar en el que los pobres pueden vivir y descansar en paz, sino también un lugar dónde descubrir el amor de Dios y la imagen de Cristo que hay en cada hermano. La nuestra es una Casa de amor, que florece y vive del amor que dan de forma gratuita los sacerdotes, religiosas y laicos. Viene numerosas personas enfermas o abandonadas de todo el país. Aquí viven bajo el mismo techo y encuentran una familia. Somos una única familia en Jesús. Hoy Kkottongnae ha crecido, se ha extendido y también ha desarrollado un Instituto de Formación profesional para agentes sociales, reconocido a nivel universitario. En nuestra experiencia podemos decir que se ha realizado el milagro de la multiplicación de los panes y los peces. Tenemos más de un millón de personas que nos sostienen en toda Corea. Ésta es la historia de Kkottongnae, una historia de amor. Kkottongnae es una casa de salvación."
El Rev. John Ay Woong-jin concluye: “Aquí se aprende el valor de la vida. Se aprende que nadie puede prescindir de una familia. La clave de todo es el amor. Las heridas causadas por la falta de amor sólo pueden ser curadas por el amor. Aquí se aprende que todos tienen un corazón capaz de dar amor. Y el amor engendra amor". (PA) (Agencia Fides 6/10/2006 Líneas: 35 Palabras: 508)


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