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Kabul (Agencia Fides) - Las condicionas de creciente inestabilidad e inseguridad del Afganistán han sacado a flote la cuestión de los prófugos que durante muchos años ha agitado el país. Después de la caída de los talebanes, los refugiados afganos, esparcidos en numerosos países del área medioriental, han iniciado su regreso, bajo la guía y la supervisión del Alto Comisionado ONU para los Refugiados (ACNUR).
ACNUR ha lanzado una alarma expresando su "preocupación por el sensible aumento del número de desplazados internos en el Afganistán meridional a causa de los recientes enfrentamientos entre fuerzas gubernamentales, NATO y fuerzas antigubernamentales". Según las consideraciones de la organización, a partir de julio del 2006, 15.000 familias se han visto obligadas a dejar sus viviendas en las provincias meridionales de Kandahar, Uruzgan y Helmand. Y estas migraciones interiores forzadas van a trastornar los ya precarios equilibrios sociales y económicos de las regiones circunstante.
Mientras tanto, informa el ACNUR, el gobierno afgano ha constituido un Comité para la gestión de los desastres, que tiene la misión de coordinar las actividades de asistencia. El Comité trabaja en colaboración con las Naciones Unidas. En Panjwai y Zhare Dasht, en la provincia de Kandahar, el ACNUR y Unicef han distribuido a unas 3.200 familias ayudas no comestibles como plásticos, mantas y vestidos fuertes para niños, y el Programa Alimentario Mundial (PAM) se está ocupando por el contrario, de la distribución de las ayudas alimenticias.
Afganistán es una nación con la población de refugiados entre las más altas del mundo. En el 2005 se adhirió a la Convención ONU de 1951 sobre el status de los refugiados y al relativo Protocolo de 1967. Desde finales del 2001, más de 3,5 millones de afganos han vuelto al país desde los cercanos Irán y Pakistán. En el 2005 más de 400.000 refugiado afganos fueron repatriados y se están insertando en el tejido social de su país nativo.
Activos en la asistencia de los refugiados afganos también son los Jesuitas del Jesuit Refugees Service y los Salesianos que en la provincia de Quetta, en Pakistán, a apenas 100 km de la frontera con Afganistán, administran escuelas y centros de formación profesional, y ayudan a los refugiados. (PA) (Agencia Fides 4/10/2006 Líneas: 30 Palabras: 386)
