AMERICA/CHILE - “La tóxicodependencia desafía nuestra caridad pastoral”: el Mensaje e la Conferencia Episcopal Chilena subraya la difusión del flagelo de la droga y la urgencia de encontrar soluciones comunes

martes, 26 septiembre 2006

Santiago de Chile (Agencia Fides) - “La drogadicción es un problema que nos interroga como sociedad y como iglesias. Desafía nuestra caridad pastoral”, afirma Mons. Alejandro Goic Karmelic, Obispo de Rancagua, Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile en un Mensaje enviado al inaugurar el “IV Encuentro de expertos sobre farmacodependencia e inclusión social”. En el Mensaje, que lleva por título “Hacía un Bicentenario libre del flagelo de la droga”, los Obispos, recordando el bicentenario de la independencia del país, constatan que “el problema de las drogas afecta a muchísimas personas, familias y barrios en el Chile de hoy”, situación que desafía a la Iglesia a “a buscar respuestas más efectivas, teniendo siempre como norte y fin último a la persona”. Invitan pues a tener una mirada más humanizante hacia las situaciones que viven miles de personas afectadas por el problema de la droga y piden para ellos propuestas de soluciones centradas en sus condiciones de exclusión, de calidad de vida y en la falta de oportunidades de crecimiento. Requieren entre otras cosas “la inversión del Estado, de los privados y de toda la sociedad para aumentar los recursos dirigidos a los sectores de mayor pobreza, mejorar la calidad de la educación, generar canales reales de participación en las comunidades y brindar viviendas dignas y de calidad a nuestros hermanos”.
Según los Obispos, en los últimos años “el problema del abuso en las drogas se expresa -con más fuerza que antes- en las mujeres y los niños que deambulan y viven en las calles” y la droga se está llevando a muchos jóvenes. Ante este panorama “la Iglesia está llamada a jugar un papel importante como puente que conecte a quienes sufren situaciones de exclusión con el resto de la población del país”. En efecto la Iglesia ha desarrollado diversas iniciativas en este sentido, centrándose sobre todo en la prevención y rehabilitación, los cual significa “atender a las personas en sus derechos y necesidades básicas desde la infancia hasta la vejez” y apoyar “todas las iniciativas que promuevan el fortalecimiento de las familias como primeras formadoras de los hijos”. Pero también es necesario “poner el acento en la demanda y preguntarnos entonces porqué tantas personas recurren al consumo de alcohol y drogas, qué buscan o qué nos quieren mostrar”, escuchando en este sentido especialmente a los jóvenes. Y se debe dar también especial atención a los niños y niñas más pobres. En ellos el drama “se vuelve casi un grito de auxilio y dolor”.
Según Mons. Alejandro “el drama de las drogas es un reto, un gran desafío que no admite vacilaciones” y por ello, termina deseando que en la celebración del bicentenario que la iglesia celebrará en el mes de octubre, una de las metas sea precisamente “terminar con el flagelo de la droga y con la enorme brecha de desigualdad que afecta de manera tan dramática a tantos hermanos nuestros”. (RG) (Agencia Fides 26/9/2006 Líneas: 36 Palabras: 510)


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