ASIA/INDONESIA - Al alba del 22 de septiembre han sido ejecutados los tres católicos indonesios. El P. Ismartono: "Que los cristianos y musulmanes se una ahora en una campaña por la abolición de la pena capital. No a la espiral de odio y violencia"

viernes, 22 septiembre 2006

Yakarta (Agencia Fides) - Fabianus Tibo, Marianus Riwu y Dominggus da Silva, los tres católicos indonesios considerados responsables de una matanza de musulmanes ocurrida en Poso en el 2000, han sido ejecutados alrededor de la una de la mañana del 22 de septiembre. La comunidad católica indonesia había convocado vigilias de oración y ha esperado una medida de clemencia hasta el último minuto pero la maquina judicial indonesia ha seguido su curso.
Fabianus, Marianus y Dominggus han recibido su condena en una localidad cercana al aeropuerto de Palu, capital de la provincia de Sulawesi y sus cuerpos han sido transportados al hospital de la policía para ser sometidos a la autopsia, según ha informado su abogado, Roy Rening. El gobierno local no acogió la última petición de los tres de trasladar los cuerpos a sus ciudades nativas para la sepultura o la de una vigilia fúnebre en la catedral de Palu.
En agosto pasado el Papa Benedicto XVI pidió al presidente indonesio Susilo Bambang Yudhoyono un acto de clemencia, quien dispuso un aplazamiento de la sentencia de ejecución. Posteriormente la Fiscalía de Sulawesi fijó una nueva fecha para la ejecución, que se ha llevado a cabo. "Es una noticia triste y dolorosa. Cada vez que se ejecuta una pena capital constituye una derrota para toda la humanidad", declaró ayer el Padre Federico Lombardi, director de la Sala de prensa de la Santa Sede. También la Comunidad de San Egidio había pedido la suspensión de la pena y la reapertura del proceso, y también había sido presentada una petición de gracia del presidente Yudhoyono, que no ha tenido resultado.
Mientras tanto se registran en Indonesia los primeros desórdenes, en la isla de Sulawesi y en Timor Oeste. Centenares de personas de fe cristiana se han dirigido hacia las oficinas fiscales en Atambua para protestar. El jefe de la policía local y los líderes religiosos cristianos del lugar han exhortado a los manifestantes a la calma.
Manifestando su tristeza, el P. Ignazio Ismartono, Jesuita indonesio, responsable de los Asuntos interreligiosos de la Conferencia Episcopal, ha declarado a la Agencia Fides: "He notado que, desde que el caso fue asumido y señalado solamente por un network de grupos cristianos, se produjo un cambio de perspectiva: del lenguaje y del plano de la justicia y la legalidad, se pasó al de la comparación entre comunidades religiosas. Era necesario implicar más a los grupos musulmanes en la campaña para su salvación, apuntando a una moratoria de la pena capital por parte de todos. Que la ejecución de Tibo y sus compañeros nos sirva para dejar a un lado el exclusivismo y el sectarismo, ya que el único resultado que se consigue con ello es la muerte. Es necesario ahora unirse en la campaña de abolición de la pena capital. Ahora esperamos que no se produzca una espiral de violencia. Los ánimos están muy calientes”. (PA) (Agencia Fides 22/9/2006 Líneas: 36 Palabras: 523)


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