VATICANO - El Papa a los participantes en el Congreso Internacional sobre las células estaminales: "El bien del hombre debe ser investigado no solamente en las finalidades universalmente válidas, sino también en los métodos utilizados para alcanzarla: el fin bueno no puede justificar nunca medios intrínsecamente ilícitos"

lunes, 18 septiembre 2006

Castel Gandolfo (Agencia Fides) - “La investigación con células estaminales somáticas merece su aprobación y aliento cuando conjuga felizmente el saber científico, la tecnología más avanzada en el campo biológico y la ética que postula el respeto del ser humano en cada fase de su existencia. Cómo no sentir el deber de alabar a cuántos se dedican a esta investigación y a cuantos sostienen su organización y sus costes?” ES un pasaje del discurso que el Santo Padre Benedicto XVI ha dirigido a los participantes en el Congreso Internacional sobre el tema: "Las células estaminales: ¿qué futuro para la terapia?" promovido por la Pontificia Academia para la Vida y la Federación Internacional de Asociaciones de Médicos Católicos (FIAMC) recibidos en audiencia el sábado 16 de septiembre en el Palacio apostólico de Castel Gandolfo.
El Santo Padre ha recordado que "cuando la ciencia se aplica a aliviar el sufrimiento y cuando, en este camino, descubre nuevos recursos, esta se muestra dos veces rica en humanidad: por el esfuerzo del ingenio invertido en la investigación y por el beneficio anunciado a quienes sufren la enfermedad." A continuación ha citado las "frecuentes e injustas acusaciones de insensibilidad dirigidas a la Iglesia" que contrastan con "el apoyo que ha dado a lo largo de su historia bimilenaria a la investigación para el tratamiento de enfermedades y el bien de la humanidad": "Si ha habido resistencia -y todavía sigue habiendo- es en relación con aquellas formas de investigación que prevén la supresión programada de seres humanos ya existentes, aun no nacidos" - ha afirmado el Papa Benedicto XVI -. En estos casos, la investigación, prescindiendo de los resultados terapéuticos, no está auténticamente al servicio de la humanidad», pues implica «la supresión de vidas humanas que tienen la misma dignidad de los demás individuos humanos y de los mismos investigadores. La historia misma ha condenado en el pasado y condenará en el futuro esta ciencia, no sólo porque carece de la luz de Dios, sino también porque carece de humanidad."
A continuación el Papa ha recordado la enseñanza de la Iglesia, que "frente a la supresión directa del ser humano no puede haber ni compromisos ni tergiversaciones" y que "el bien del hombre debe ser investigado no solamente en las finalidades universalmente válidas, sino también en los métodos utilizados para alcanzarla: el fin bueno no puede justificar nunca medios intrínsecamente ilícitos".
A los científicos, que han manifestado durante los trabajos del Congreso "la decisión y esperanza alcanzar nuevos resultados terapéuticos utilizando células del cuerpo adulto, sin recurrir a la eliminación de seres humanos neo concebidos" con resultados que están premiando este trabajo, el Santo Padre ha deseado que Dios les conceda "la alegría del descubrimiento de la verdad, la sabiduría en la consideración y en el respeto de todo ser humano y el éxito en la investigación de remedios eficaces al sufrimiento humano". (S.L) (Agencia Fides 18/9/2006 - Líneas: Palabras:


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