VATICANO - Seminario de estudio para los Obispos - “El Obispo y el munus gubernandi" es el tema ilustrado por el Card. Schönborn

viernes, 15 septiembre 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Una reflexión sobre el "munus gubernandi" del Obispo ha sido propuesto por el Arzobispo de Viena, el Card. Christoph Schönborn, en el Seminario de estudios promovido por la Congregación para la Evangelización de los Pueblos para los Obispos de nombramiento reciente, que se está desarrollando en Roma.
"La fuente, el modelo, la orientación de toda la actividad de gobierno en la Iglesia es la Santa Trinidad" ha dicho al arzobispo de Viena, subrayando que “todo poder viene de la Trinidad”. "El poder espiritual - la sacra potestas - que viene conferida con la ordenación episcopal, viene de Cristo que la ha recibido del Padre… El primero deber del nuestro gobernar es por tanto, acudir a la fuente de nuestra autoridad que es Cristo, Hijo del Dios viviente, Hijo del eterno Padre. El ejercicio de nuestra sacra potestas no debe hacernos olvidar que es de Cristo de quien tenemos nuestra autoridad, y no debemos olvidar nunca que es Cristo quien construye y rige su Iglesia… Él construye su Iglesia, nosotros no construimos nuestra Iglesia."
El primer deber del Obispo, ha subrayado después el Card. Christoph Schönborn, es el de "mantener intacta, íntegra, la fe en Jesucristo. Gobernar la Iglesia es primero de todo promover, enseñar y conservar la fe de la Iglesia. Si la fe en Jesucristo viene minada, debilitada, entonces nuestro gobierno puede convertirse en una algo profano… dado que nos ponemos en el lugar de Cristo."
El Cardenal ha dirigido después una exhortación a los Obispos para que vigilen la enseñanza cristológica, que es fundamento del gobierno, y ha vuelto a recordar la importancia de los principios expresados en la "Dominus Jesus". En efecto si Cristo es considerado tan sólo como una manifestación de lo divino entre otras, no puede ser verdad que tenga todo poder en la tierra y en el cielo. Se convierte en una figura profética entre otras muchas. Es necesario por lo tanto, comprender bien la unicidad del poder de Cristo, que se nos presenta en la figura del cordero inmolado y victorioso. "Este poder es único, y es la única esperanza para un mundo donde reinan el odio, la violencia y la muerte."
¿Pero como gobernar? Ante que nada enseñando, como expresan claramente los textos del Concilio Vaticano II. Gobernar quiere decir ante todo "orientar", ha continuado el Cardenal: "Nosotros orientamos a nuestros fieles dándoles en la mayor medida posible, la única cosa que puede orientar su vida: ¡la Palabra de Dios y su comprensión en la Iglesia! Para gobernar es necesario, ante todo, orientarse uno mismo, y de aquí nace el grave problema del tiempo necesario por el estudio y la reflexión, la meditación y la oración. Gobernar también es celebrar la liturgia, y celebrarla de modo que conduzca al Pueblo de Dios, que lo oriente. La tarea del Pastor es la de ser el primer ministro de los Santos Sacramentas. Conducir al Pueblo de Dios es inseparable de la celebración de la Eucaristía que el Pastor preside."
El Concilio Vaticano II ha aclarado definitivamente que los tria munera de Cristo, Profeta, Sacerdote y Rey, "forman una unidad inseparable”. "El Pastor, después de Cristo, es también el encargado de conducir al Pueblo de Dios a través de la enseñanza y la santificación. Es una visión estupenda la que nos ha propuesto el Concilio Vaticano II, e intensamente bíblica, cristocentrica, ya que Cristo es Rey y Pastor por medio de su enseñanza y la entrega supremo de su vida". Tal unidad de los tria munera, ha concluido el arzobispo de Viena, "constituye para nosotros Obispos, una fuerte orientación en todo nuestro ministerio". (S.L) (Agencia Fides 15/9/2006; Rayas 39 - Líneas: 44 Palabras: 625)


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