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Nueva Delhi (Agencia Fides) - Otro episodio de violencia anticristiana se verificó en la ciudad india de Lucknow, en el estado de Uttar Pradesh, en India centro-septentrional, donde el domingo 10 de setiembre un grupo de militantes nacionalistas hindú irrumpieron en una escuela dirigida por las Hermanas de Loreto, rompiendo la puerta de ingreso, saqueando y devastando la estructura, los locales, la capilla.
La Conferencia Episcopal ha hecho público un comunicado oficial en el que deplora fuertemente lo acontecido y recuerda que las escuelas católicas en India han siempre respetado “las diferentes tradiciones religiosas, impartiendo una instrucción que promueve un espíritu de paz y de armonía”.
El episodio no ha faltado de consecuencias: ayer 12 de setiembre dieciséis escuelas cristianas en la ciudad de Lucknow han permanecido cerradas, en señal de protesta y de solidaridad con la escuela atacada.
Las autoridades civiles del estado de Uttar Pradesh han condenado lo ocurrido, y también algunos líderes religiosos hindú y musulmanes se han unido a las condenas. Entre tanto, de las primeras investigaciones, parece que los responsables del asalto son miembros del brazo juvenil del Baratiya Jaanata Party, partido político nacionalista que está en el gobierno en algunos estados indios y que en pasado ha gobernado incluso a nivel federal.
Con una tasa de analfabetismo del 35%, y que en el caso de los grupos más pobres llega a 55%, India vive el problema de la instrucción para una población que ha superado los mil millones de personas. Los cristianos, 25 millones en India, el 2,5% de la población del país, guían el 17% de los servicios de instrucción en el país.
Muchas veces las escuelas dirigidas por la comunidad católica han recibido elogios de personalidades públicas como Muhammad A. Fatmi, Ministro indio para el Desarrollo de los Recursos Humanos y la Instrucción, o Mufti Mohammad Syeed, Primer Ministro del estado indio de Jammu-Kashmir. El aprecio deriva de la alta cualidad de la educación impartida en las escuelas católicas y en los institutos administrados por los misionarios, “por la capacidad de ofrecer la mejor instrucción posible a personas de todas las clases sociales y religiones” y toca en modo particular el servicio a los pobres, a los huérfanos, a los marginados.
La Iglesia sostiene que la instrucción de los jóvenes es un derecho y un medio fundamental para el crecimiento de la persona y el desarrollo de la sociedad: por esto trabaja para aumentar el estándar de alfabetización del pueblo indio, promoviendo también el libre aporte de entes privados.
La Asamblea de los Obispos indios realizada en febrero de 2006 en Bangalore fue dedicada al compromiso de la Iglesia por la instrucción. Los Obispos han subrayado que todas las personas oprimidas socialmente y económicamente, de toda fe y cultura, deben ser destinatarios preferenciales en la obra de educación llevada adelante en los institutos católicos. La Iglesia se compromete a desarrollar las capacidades de todo ser humano, para su formación integral, humana, cultural y espiritual, para el bien de la sociedad. La instrucción, por lo tanto, es parte integrante de la misión de la Iglesia en India, que continúa a proclamar la Buena Nueva a través de los servicios de asistencia sanitaria y de educación. (PA) (Agencia Fides 13/9/2006)
