VATICANO - Seminario de estudio para Obispos - "El Obispo está llamado a santificarse y a santificar sobre todo por medio del ejercicio de su ministerio" recuerda el Card. López Rodríguez

miércoles, 13 septiembre 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - La palabra "espiritualidad" indica un concepto muy amplio y diferenciado, que se presta a muchas interpretaciones. Según Dom Brasò, monje de Monserrat, la espiritualidad es "el modo particular de concebir y realizar el ideal de la vida cristiana". El Card. Nicolás de Jesús López Rodríguez, Arzobispo de Santo Domingo y Primado de América, han iniciado su reflexión sobre la Espiritualidad del Obispo, presentada en el Seminario de estudio promovido por la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, proponiendo algunas consideraciones generales sobre el concepto de espiritualidad. "Cualquier realización de la vida, para que pueda llamarme cristiana, debe tender al mismo y único ideal: la unión con Dios por medio de Jesucristo, nuestro Señor". La realización práctica de este ideal varía según el estado de vida, de elementos personales y subjetivos, que determinan diversas formas de espiritualidad. En todo caso cualquier sistema de espiritualidad, para poder alcanzar el concepto esencial de vida cristiana, debe ser teocéntrico y también cristocéntrico. "Por voluntad del mismo Jesucristo, su obra continua y se aplica a las personas en el seno a la Iglesia por medio de los sacramentos. Por consiguiente toda auténtica espiritualidad debe ser eclesial y sacramental" ha afirmado el Purpurado.
El Card. López Rodríguez ha subrayado que hoy no se puede hablar del Obispo sin referirse a la exhortación apostólica post-sinodal "Pastores gregis". Del segundo capítulo de este documento, el arzobispo de Santo Domingo ha sacado la inspiración esencial para hablar de la espiritualidad del Obispo. "El Obispo está llamado a santificarse y a santificar sobre todo por medio del ejercicio de su ministerio, visto cómo la imitación de la caridad del Buen Pastor, teniendo como principio de unión la contemplación del rostro de Cristo y el anuncio del Evangelio de la salvación… La espiritualidad del Obispo es una espiritualidad eclesial, porque todo en su vida se orienta hacia la edificación amorosa de la Santa Iglesia".
A continuación el Purpurado ha propuesto algunas reflexiones sobre la vocación a la santidad en la Iglesia de nuestro tiempo. "El don de la plenitud del Espíritu Santo, que el Obispo recibe en la ordenación episcopal, es una llamada valiosa y urgente a colaborar, con su acción en la comunión eclesial y la misión universal". El camino de santidad del Obispo será por tanto, el de una santidad vivida con el pueblo y para el pueblo de Dios, en una comunión que se convierte en estímulo de edificación recíproca en la caridad. Así la vida espiritual del Obispo favorece la fecundidad de su acción pastoral.
Entre las otras observaciones, el Card. López Rodríguez se ha centrado en la necesidad de que el Obispo recurra regularmente a la celebración del sacramento de la Penitencia, que ame profunda e intensamente a la Iglesia, que tenga una sólida devoción mariana, que alimente su vida espiritual por medio de la lectura y la meditación de la Palabra de Dios, la celebración de la Misa y la adoración eucarística, la liturgia de las horas. El Obispo está llamado expresamente a la obediencia a la voluntad del Padre, a practicar la pobreza como testimonio de Cristo pobre, a observar la castidad al servicio de una Iglesia que refleje la pureza de Cristo. "En el actual contexto social, el Obispo debe estar particularmente cercano a su rebaño, y ante todo a sus sacerdotes, atento en particular a sus dificultades ascéticas y espirituales, ofreciéndoles el apoyo necesario para favorecer su fidelidad a la vocación y a las exigencias de una ejemplar santidad de vida en el ejercicio del ministerio".
En la última parte de su intervención, el Cardenal se ha centrado en el papel primario del Obispo de ser "promotor y animador de una espiritualidad de comunión y misión" en todos los ámbitos en que se forma al hombre y al cristiano. Por último, ha recordado el ejemplo de tantos Obispos Santos, que "con la mirada fija en el Cristo crucificado y resucitado, han dado respuestas positivas y creativas a los desafíos del momento en tiempos difíciles": estos "desde cielo orientan el camino de la Iglesia peregrina en el tiempo". (S.L) (Agencia Fides 13/9/2006; Líneas: 51 palabras: 712)


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