VATICANO - Seminario de estudio para Obispos - El Secretario general del Sínodo de los Obispos, Su Exc. Mons. Nikola Eterovic, habla de "Sínodo de los Obispos y comunión eclesial"

miércoles, 13 septiembre 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "Sínodo de los Obispos y comunión eclesial": ha sido el tema de la relación de ayer del Secretario general del Sínodo de los Obispos, Su Exc. Mons. Nikola Eterovic, en el Seminario de estudio en curso en Roma, promovido por la Congregación para la Evangelización de los Pueblos para 99 Obispos nombrados en los últimos dos años en tierra de misión.
Mons. Eterovic ha ilustrado ante todo algunas aclaraciones terminológicas. El término "sínodo" quiere decir "caminar juntos". "Referida a la Iglesia católica, la comunión sinodal presupone la realidad de la comunión eclesial. Entendida en sentido amplio, concierne a todos los miembros de la Iglesia que participan en el sacerdocio común de los fieles" ha dicho el Secretario general del Sínodo de los Obispos. Ha subrayado después que "la dimensión sinodal es connatural en la Iglesia y tiene importantes connotaciones cristológicas y pneumatológicas", enumerando algunas expresiones concretas sinodales como los Concilios ecuménicos, las Conferencias Episcopales, los Consejos pastorales episcopales o parroquiales…
"El sinodalidad presupone la participación responsable en el estudio y en la búsqueda de soluciones a las cuestiones de común interés para las personas y la comunidad, efectuado en el espíritu cristiano de comunión eclesial. Tal comunión - ha continuado el arzobispo - contiene dos aspectos: vertical y horizontal, espiritual y social, precisamente de la naturaleza de la Iglesia querida por Jesucristo, que es a la vez el Cuerpo de Cristo y la sociedad visible, jerárquicamente estructurada". El Secretario general del Sínodo ha ilustrado a continuación los fundamentos y el sentido de la "comunión" en los documentos del Magisterio, y después ha pasado a hablar del Sínodo de los Obispos como fruto del Concilio Vaticano II, como resulta evidente de los Decretos conciliares "Christus Dominus" (n.5) y "Ad Gentes" (n.29). "El primero subraya la comunión jerárquica como dimensión propia de la asamblea sinodal, introduciéndose bien en el eclesiología elaborado por el Concilio Vaticano II… el segundo subraya que la misión, dimensión esencial de la Iglesia, debe ser siempre la prioridad de las asambleas sinodales, sobre todo por el espíritu con el que son tratados cada uno de los temas”.
Evidenciadas las notables diferencias entre un Concilio y un Sínodo de los Obispos (la frecuencia y el número de los participantes, el poder de los miembros, la gama de los temas a tratar…), Mons. Eterovic ha ilustrado las tres categorías de Asambleas sinodales (General Ordinaria, General Extraordinaria, Especial) y ha destacado los diversos elementos portante de una Asamblea sinodal, el primero y más importante, la oración. A continuación el arzobispo ha ilustrado las distintas etapas del proceso sinodal: la elección del tema, proceso de elaboración de los Lineamenti, redacción del Instrumentum Laboris, diversas fases de la celebración del Sínodo que concluye con un Mensaje final y la continuación del proceso sinodal por medio del trabajo del Consejo ordinario, que estudia todo el material elaborado para redactar un esquema que se entrega al Santo Padre, para la redacción de la exhortación apostólica post-sinodal.
En las observaciones conclusivas Mons. Eterovic ha subrayado además que "la comunión eclesial es una realidad fundamental de la Iglesia católica" y también la sinodalidad "es una característica de la Iglesia desde los orígenes". "El Sínodo de los Obispos está al servicio del Colegio episcopal y de su Jefe, el Santo Padre, Obispo de Roma y Presidente del Sínodo. Constituye un lugar privilegiado de comunión episcopal efectiva y afectiva para afrontar cuestiones importantes de la vida eclesial y social del momento presente". (S.L) (Agencia Fides 13/9/2006; Líneas: 46 Palabras: 608)


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