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Roma (Agencia Fides) - Ocho estudiantes de la facultad de Ciencias de la Formación de la Universidad Católica de Roma han llevado a cabo, este verano, su tirocinio en la realidad de un barrio de Nairobi, compartiendo la vida cotidiana de los niños.
Acogidos por el Kivuli Center, se confrontaron con los voluntarios y educadores de Koinonia, estructura, totalmente keniana, que se ocupa de diversas iniciativas sociales entre las cuales la recuperación de niños y niñas de la calle.
El tirocinio en Kenya fue estudiado en colaboración con Amani, organización (que en idioma kisuahilí quiere decir paz) sin fines de lucro, de utilidad social, un movimiento laico, fundado por los misioneros combonianos, en la que los voluntarios se comprometen particularmente a favor de las poblaciones africanas. Proyectos e iniciativas en el territorio africano son confiados sólo y exclusivamente a personas del lugar.
Las principales estructuras visitadas por los estudiantes son las tres casas de acogida para los niños y las niñas de la calle en Nairobi, el Kivuli Center, la Casa de Anita y la nueva estructura llamada el Pequeño Hermano. El centro social Kivuli (refugio), situado en la barraca de Riruta, se ha convertido en el punto de referencia para los muchachos, las mujeres y los muchos grupos informales que tienen necesidad de espacios para encontrarse y organizar iniciativas.
La casa de Anita, en cambio, es un proyecto extraño por dos razones. La primera es que a la cabeza está una mujer: Jane Wamunga. La segunda es que tres familias kenianas han decidido de acoger en su casa, junto a sus hijos e hijas, a niñas de la calle provenientes de los barrios pobres de la ciudad de Nairobi. La mayor parte de ellas son huérfanas, algunas incluso víctimas del turismo sexual. La edad de las niñas acogidas va desde los 4 a los 18 años.
Muchas de las intervenciones de Amani han sido inspiradas por un grupo de jóvenes africanos reunidos en la comunidad de Koinonia en Nairobi. La asociación, además, sostiene en Zambia un proyecto para los niños de la calle de Lusaka, una pequeña clínica en Kenya, en el barrio pobrísimo de Kibera, y una compañía de jóvenes actores pacifistas: la Amani People Theatre. (AP) (6/9/2006 Agencia Fides)
