AMÉRICA /ESTADOS UNIDOS - UNA VIDA DE ESTUDIO E INVESTIGACIÓN PARA TUTELAR A LOS MÁS NECESITADOS, LA AGENCIA FIDES ENTREVISTA AL PROFESOR KEVIN CAHILL

viernes, 3 octubre 2003

Roma (Agencia Fides) – El profesor Kevin Cahill es uno de los máximos exponentes expertos en enfermedades tropicales a nivel mundial. Ha publicado recientemente un libro que nace de su experiencia directa de años de trabajo en las áreas más pobres del planeta en el que afirma la necesidad para el medico moderno de no descuidar los aspectos socio económicos en que trabaja y que con frecuencia son la causa de la difusión de las epidemias. El medico, en esta dimensión, se convierte así en un hombre de paz que trabaja a un nivel más elevado y utiliza y se acerca a, quien junto con el, buscan el respeto de la persona en la plenitud de su dignidad. Por tanto, no solo ética profesional sino sinergia de conocimiento y sensibilidad en la que la “caridad” es el eje que hace girar todos los niveles de análisis para conquistar la conciencia que vence sobre las enfermedades, sobre los interese particulares sobre las demagogias de los gobiernos. El médico moderno que trabaja en esta áreas, para ser un verdadero trabajador de paz, debe contar con instrumentos adecuados que le permitan un análisis profundo del territorio, de sus tradiciones y de su historia contemporánea. Hemos preguntado al profesor Cahill que nos de sintéticamente los términos de este desafío en que el evangelio es el verdadero protagonista.

Vd es un medico católico de fama internacional en el campo de la investigación contra las enfermedades tropicales infecciones, ¿nos puede contar cuando vio que su trabajo debía ser una “misión” para tutelar sobre todo a la población mas marginada?
Mi interés por la medicina tropical inició en 1959 cuando era todavía estudiante universitario y tuve la fortuna de recibir una bolsa de estudios en India. Después de haber pasado seis meses en Calcuta rápidamente comprendí que me atraía no solo la enfermedad tropical sino el contexto en el que me encontraba en mi acción además de las diversas culturas y creencias que hasta el momento me eran del todo desconocidas. En aquel periodo por la mañana trabajaba en el School of Tropical Medicine de Calcuta y ayudaba a una entonces desconocida religiosa albanesa que atendía a los moribundos. Era la Madre Teresa con la que estuve en contacto hasta su muerte. He pasado largos periodos en África, Asia América Latina y quedé muy impresionado por la universalidad de las enfermedades epidémicas: las modalidades con que afrontarlas no cambian según las fronteras nacionales. Probé a expresar algunas de estos pensamientos en artículos de los años sesenta y el libro The Untapped Resource:Medicine and Diplomacy y continué desarrollando el tema en otros libros como A Bridge to Peace, A Franmework dor Survival; Health,Human Rights and Humanitarian Assitance in Conflicts and disasters and Preventive Diplomacy.

Trabajando en África has estado en contacto y ha vivido profundamente la realidad africana. Como experto conocedor de este mundo ¿podría decirnos como desarrollar acciones humanitarias hoy, en este mundo cada vez mas ciego por la rebelión de culturas y de comportamientos intolerantes?
Considero que lo único que hay que hacer para promover acciones humanitarias es realizar una instrucción continua. Después gradualmente hay que buscar el atraer a si a otros aliados con los que poder conseguir que algunas de las prioridades gubernativas no afecten a campos fundamentales como la salud y las acciones humanitarias. Creo firmemente que estas enseñanzas deberían ser el centro de la política para el bienestar de las naciones. En el curso de los últimos decenios un grupo de personas políticas diplomáticos, instituciones médicas han buscado el promover todos juntos esos ideales de base. Nosotros hemos intentado hacerlo en particular con el Center for International Health and Coopeation. Invitamos a todos a visitar el sitio www.cihc.org. Pero de todas formas, la respuesta final está en la instrucción y persuasión.

En su último libro “Traditions,Vaues and humanitarian action” se plantean diversas cuestiones sobre valores universales que deben defenderse por el bienestar de la humanidad. Con frecuencia, por desgracia, incluso el voluntariado que se da a los má marginados a los indefensos se contamina de la ideología cuando no es la ideología misma la que crea sospechas hacia quien ayuda y da la propia vida. Todo esto no ayuda al mundo y a sus pueblos a salir del sufrimiento ¿qué acción cree que debe realizarse al respecto?
La contribución de los voluntarios al sufrimiento se puede ver “envenenada” de las ideologías. No se trata de un fenómeno nuevo. En siglos pasados los misioneros instrumentalizaban el alimento y los servicios sanitarios para obligar a la gente a seguir las funciones religiosas Eso no era correcto ni entonces ni ahora. Pero desafortunadamente sucede con frecuencia. Sin embargo el hecho de usar las ideologías como base para seleccionar a los necesitados no ha cedido nunca.
Hoy la política influencia las contribuciones voluntarias de modo preponderante. Hay muchas organizaciones “voluntarias” no gubernativas que justifican donaciones en nombre de sus países para que a los pobres y hambrientos les llegue el mensaje de que algunas organizaciones les ofrecen ayuda. Algunas organizaciones de voluntarios han rechazado en un principio fondos del gobierno. Médicos sin Frontera por ejemplo, ha seguido esta línea. Sin embargo el importe total de la ayudas del gobierno son grandes pero también lo es la competición entre las distintas organizaciones aparentemente más imparciales y neutrales. En los últimos años el Estado de Israel pidió a la Comisión Internacional de la Cruz Roja el poder usar el Estrella de David en vez de la cruz o la media luna que se usaba como símbolo de la organización. Pero la Cruz Roja sostiene que usar distintos símbolos nacionales sería destructivo para el reconocimiento global y para los programas en curso, causando la perdida de identidad conseguida durante todo un siglo. Si cada país tuviese el derecho de usar el propio emblema en algo que es universalmente respetado como el signo de una organización sanitaria y humanitaria se produciría una pérdida peligrosa de la neutralidad en las guerras y conflictos. Estados Unidos han retirado las ayudas financieras a la Cruz Roja en Israel causando una grave crisis económica con el consiguiente abandono de muchos programas fundamentales y del bloqueo del personal internacional.
El ideal sería ofrecer ayuda con una única motivación: porque es necesario y porque los que sufren deben ser ayudados. Pero, por desagracia, en el mundo real efectivo donde domina el poder político, esto no ocurre así.
Como dijo en una ocasión Thomas Jefferson, autor de la Declaración de Independencia de América: “ el modo mejor de perder una discusión es el de no tomar parte en la batalla” No se puede dejar de lado las necesidades reales de los pobres y los que sufren amoldándose a las imposiciones de las ideologías reinantes sobre caridad. Hay que tomar parte en la batalla e intentar corregir los errores, por ejemplo, con la persuasión y la instrucción.
(AP) (agencia Fides 3/10/2003 Líneas: 89 palabras: 1161)


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