VATICANO - La catequesis de Papa Benedicto XVI sobre el Apóstol Mateo: “en el Evangelio seguimos escuchando todavía la voz persuasiva del publicano Mateo que, al convertirse en apóstol, sigue anunciándonos la misericordia salvadora de Dios”

miércoles, 30 agosto 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - La Audiencia General se ha llevado a cabo hoy en el Aula Pablo VI en el Vaticano, a donde el Santo Padre Benedicto XVI llegó en helicóptero de su residencia de verano de Castel Gandolfo. Retomando la catequesis dedicada a los Apóstoles, el Papa se detuvo en su discurso sobre la figura de Mateo. Desde el momento en que las noticias que lo tocan son pocas y fragmentarias, el Papa ha trazado el perfil espiritual que de él nos es transmitido por el Evangelio.
“Está siempre presente en las listas de los doce elegidos por Jesús - explicó el Santo Padre -. En hebreo, su nombre significa ‘don de Dios’. El primer Evangelio canónico, que lleva su nombre, nos lo presenta en la lista de los doce con una calificación muy precisa: ‘el publicano’. Por este motivo, es identificado con el hombre sentado en el despacho de los impuestos, a quien Jesús llama a su seguimiento… De los Evangelios emerge un nuevo detalle biográfico: en el pasaje que precede a la narración de la llamada se refiere un milagro realizado por Jesús en Cafarnaúm, mencionando la cercanía del Mar de Galilea, es decir, el Lago de Tiberíades. Se puede deducir que Mateo ejercía la función de recaudador en Cafarnaúm”.
El Papa Benedicto XVI ha propuesto dos reflexiones: “la primera es que Jesús acoge en el grupo de sus íntimos a un hombre que, según la concepción de aquel tiempo en Israel, era considerado como un pecador público… Jesús no excluye a nadie de su amistad. Es más, precisamente mientras se encuentra sentado en la mesa de la casa de Mateo-Leví, respondiendo a quien estaba escandalizado por el hecho de frecuentar compañías poco recomendables, pronuncia la importante declaración: ‘No necesitan médico los que están fuertes, sino los que están mal; no he venido a llamar a justos, sino a pecadores’. El buen anuncio del Evangelio consiste precisamente en esto: ¡en el ofrecimiento de la gracia de Dios al pecador!”. “Con la figura de Mateo, por tanto - continuó el Papa Benedicto XVI -, los Evangelios nos presentan una auténtica paradoja: quien se encuentra aparentemente más lejos de la santidad, puede convertirse incluso en un modelo de acogida de la misericordia de Dios y dejar vislumbrar sus maravillosos efectos en su existencia… La llamada de Jesús llega, por tanto, también a personas de bajo nivel social, mientras desempeñan su trabajo ordinario”.
La segunda reflexión propuesta por el Santo Padre se refiere a la prontitud de Mateo para responder a la llamada de Jesús: “Esto significaba para él abandonarlo todo, sobre todo una fuente de ingresos segura, aunque con frecuencia injusta y deshonrosa. Evidentemente Mateo comprendió que la familiaridad con Jesús no le permitía continuar con actividades desaprobadas por Dios”. Luego el Papa Benedicto XVI aplicó esta actitud al presente: “hoy tampoco se puede admitir el apego a lo que es incompatible con el seguimiento de Jesús, como son las riquezas deshonestas”.
Finalmente el Santo Padre recordó en su catequesis que la tradición de la Iglesia antigua atribuye a Mateo la paternidad del primer Evangelio. “Ya no tenemos el Evangelio escrito por Mateo en hebreo o arameo - concluyó el Papa -, pero en el Evangelio griego que nos ha llegado seguimos escuchando todavía, en cierto sentido, la voz persuasiva del publicano Mateo que, al convertirse en apóstol, sigue anunciándonos la misericordia salvadora de Dios. Escuchemos este mensaje de san Mateo, meditémoslo siempre de nuevo para que nosotros también aprendamos a levantarnos y a seguir a Jesús con decisión”.


Compartir: