VATICANO - “Renuevo con fuerza el llamamiento a las partes en conflicto para que cese inmediatamente el fuego y permitan el envío de ayudas humanitarias, y para que, con el apoyo de la comunidad internacional, se busquen caminos para comenzar las negociaciones”: el Ángelus del Papa Benedicto XVI en la Jornada de oración y penitencia por la paz en Medio Oriente

lunes, 24 julio 2006

Les Combes (Agencia Fides) -Ante el agravamiento de la situación en Medio Oriente, el Santo Padre Benedicto XVI había convocado para este domingo 23 de julio “una Jornada especial de oración y de penitencia”, invitando a todos los creyentes a implorar de Dios el don de la paz. Y sobre este tema ha vuelto el Santo Padre, antes de recitar el Ángelus con los fieles que se habían reunido en la villa de Les Combes, en el Valle de Aosta. Estas son las palabras del Santo Padre: “Renuevo con fuerza el llamamiento a las partes en conflicto para que cese inmediatamente el fuego y permitan el envío de ayudas humanitarias, y para que, con el apoyo de la comunidad internacional, se busquen caminos para comenzar las negociaciones. Aprovecho la oportunidad para reafirmar el derecho de los libaneses a la integridad y a la soberanía de su país, el derecho de los israelíes a vivir en paz en su Estado, y el derecho de los palestinos a tener una Patria libre y soberana”. Tras esto, el Benedicto XVI manifestó su “particular cercanía con las poblaciones civiles inermes, injustamente dañadas por un conflicto en el que no son más que víctimas: tanto las de Galilea, obligadas a vivir en los refugios; como la gran multitud de los libaneses, que una vez más, ven destruido su país y han tenido que dejarlo todo y escapar a otros lugares”. El Santo Padre invocó a Dios “para que la aspiración a la paz de la gran mayoría de las poblaciones pueda realizarse cuanto antes”, invitando también a todas las organizaciones caritativas a socorrer aquellas poblaciones, expresando concretamente la común solidaridad.
El Santo Padre recordó a continuación la memoria litúrgica de santa María Magdalena, “discípula del Señor, que en los Evangelios ocupa un lugar primordial”, subrayando que su historia recuerda a todos una verdad fundamental: “Discípulo de Cristo es quien, en la experiencia de la humana debilidad, ha tenido la humildad de pedir ayuda, ha sido curado por Él y se ha puesto a seguirle de cerca, convirtiéndose en testigo de la potencia de su amor misericordioso, más fuerte que el pecado y que la muerte”. Finalmente, antes de recitar el Ángelus, el Papa Benedicto XVI invitó a todos a rezar “para que las queridas poblaciones de Oriente Medio sean capaces de abandonar el camino del enfrentamiento armado y de construir, con la audacia del diálogo, una paz justa y duradera”. (SL) (Agencia Fides 24/7/2006 Líneas: 33 Palabras: 481)


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