VATICANO - EL PAPA A LOS REDENTORISTAS: PARA CONDUCIR A BUEN FIN VUESTRO ESPECIAL SERVICIO MISIONERO ES NECESARIO UNA INTENSA ORACIÓN PERSONAL Y COMUNITARIA

viernes, 3 octubre 2003

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “Estáis llamados a participar en la misión de la Iglesia, uniendo la vida de especial dedicación a Dios con la actividad misionera según el ejemplo de nuestro Salvador Jesucristo, predicando a lo pobres la divina palabra... Para llevar a buen puerto este especial servicio misionero, es necesario ante todo, que cultivéis una intensa oración personal y comunitaria”. Recomendó el Santo Padre Juan Pablo II a los participantes en el Capítulo General de la Congregación del Santísimo Redentor (Redentoristas) a los que recibió en audiencia bajo la guía de su Superior General.
“La gente con que os encontrareis deben veros como “hombres de Dios” y en el contacto con vosotros deben experimentar el amor del Padre celeste misericordioso que entregó incluso a su propio Hijo Unigénito por la salvación de la humanidad. Debe surgir en vosotros la actitud interior de Jesús Buen Pastor, siempre en busca de la oveja perdida y dispuesto a hacer una fiesta cuando la encuentra”.
La situación del Instituto, examinada en el Capítulo general marca en algunas partes del mundo “una fase de impulso mientras que en otras partes se registran signos de crisis y de cansancio. Si, en algunos países florecen las vocaciones en otros escasean de modo preocupante hasta el punto de poner en duda el fututo mismo de vuestra presencia en tales regiones”. El Papa puso después en guardia a los Redentoristas sobre “la tentación de conformarse a estilos de vida, hoy culturalmente dominantes” o cerrarse “en formas pastorales que no dan respuestas adecuadas a las necesidades de redención del hombre actual”, lo que llevaría a debilitar el espíritu religioso y el ímpetu evangelizador del Instituto. “Es pues muy oportuno el discernimiento que, escrutando proféticamente los signos de los tiempos, intenta actuar a la luz de la Palabra de Dios.. Dejaos guiar por el Espíritu del Señor muerto y resucitado. Os repito hoy a vosotros cuanto quise escribir para todo el Pueblo de Dios en la carta Apostólica Novo Millenium Ineunten: “¡Caminemos con esperanza! Un nuevo milenio se abre ante la Iglesia como un océano inmenso en el cual hay que aventurarse, contando con la ayuda de Cristo. El Hijo de Dios, que se encarnó hace dos mil años por amor al hombre, realiza también hoy su obra. Hemos de aguzar la vista para verla y, sobre todo, tener un gran corazón para convertirnos nosotros mismos en sus instrumentos. (n.58) ¡Caminad con esperanza!” (S.L.) (Agencia Fides 3/10/2003 Líneas: 35 palabras: 443)


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