AFRICA/TUNEZ - “La oración es indispensable para suscitar el deseo de la justicia y de la reconciliación en los corazones. Es a partir de allí que se puede llegar a las soluciones justas para la resolución de los conflictos”: testimonio de un misionero desde Túnez en la Jornada de Oración por la paz

sábado, 22 julio 2006

Tunis (Agencia Fides) - También en Túnez se han adherido a la Jornada de Oración por la paz convocada por el Santo Padre para el domingo 23 de julio. Según informa a la Agencia Fides el P. misionero Eugenio Elias del Instituto del Verbo Encarnado, en Túnez, la comunidad católica es muy pequeña, formada casi exclusivamente de extranjeros, muchos de los cuales proceden del África subsahariana, y por lo tanto, “saben lo que son los conflictos y las guerras y no son para nada insensibles a lo que sucede”. Ayer, la secretaría del Obispado, ha recordado a los párrocos la petición del Santo Padre de consagrar el domingo próximo a la oración por la paz, si bien “la intención por la paz ha estado presente desde que comenzó a agravarse la situación en Medio Oriente en la Catedral y en otras iglesias”, recuerda el misionero.
“Se hace necesario, continua el P. Elias, en el contexto en que vivimos, explicar brevemente las graves condiciones de las poblaciones afectadas, de modo que los fieles entiendan la razón de rezar «para que cese inmediatamente el fuego entre las partes, se instauren inmediatamente pasillos humanitarios para poder llevar ayuda a las poblaciones que sufren y se inicien después negociaciones razonables y responsables, para poner fin a situaciones objetivas de injusticia existentes en esa región». Las palabras del Papa, con toda su brevedad, son muy iluminantes: «los libaneses tienen derecho a que se respete la integridad y la soberanía de su país, los israelíes tienen derecho a vivir en paz en su Estado y los palestinos tienen derecho a una patria libre y soberana»”. Precisamente viviendo en una región que se inflama fácilmente, recuerda el P. Elias la “gran responsabilidad que recae sobre los medios de comunicación y los líderes políticos y sociales, ya que toda información o declaración puede contribuir a crear las disposiciones necesarias para el diálogo o, por el contrario, a exasperar los ánimos”.
El misionero recuerda además que paralelamente a la emergencia humanitaria, “desde hace años subyace una “emergencia humana”, en cuanto que son varias las generaciones que han crecido impregnadas de desconfianza, odio, terror y desesperación”, aunque siguen siendo muchos “los que desean una paz justa y durable, aunque no siempre logren hacerse oír. También son muchos los que, en vez de dejar lugar al odio, se empeñan en estos momentos rezando por la paz o asistiendo a las víctimas de esta guerra”. Concluye el P. Elías reflexionando sobre la importancia de la oración en estos momentos como medio indispensable “para suscitar el deseo de la justicia y de la reconciliación en los corazones: es allí que empieza a acogerse el don divino de la paz. Es allí que se puede llegar a discernir, incluso en el enemigo, un rostro humano. Es a partir de allí que se puede llegar a las soluciones justas y encontrar, entre muchísimas posibilidades existentes, aquellas que técnicamente sean más aptas para la resolución de los conflictos”. (RG) (Agencia Fides 22/7/2006 Líneas: 37 Palabras: 544)


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