AFRICA - Las comunidades africanas de Roma y el apoyo pastoral de la Iglesia (III) - Mauricio, Costa de Marfil y Egipto

jueves, 20 julio 2006

Roma (Agencia Fides) - No todos los que frecuentan la comunidad mauriciana que se reúne cada segundo domingo de mes en el convento de las Religiosas del Perpetuo Socorro en Via Merulana 170 son católicos. “Ésta es una ocasión - explica a la Agencia Fides la responsable, Yvonnette César - no sólo para celebrar la Misa en nuestra lengua madre, sino también para intercambiar noticias sobre nuestro país y nuestros seres queridos”. Tras la celebración se organiza un pequeño aperitivo animado por el grupo de baile de la comunidad. Un momento de alegría, pero no sólo. Aquí se comparten también las dificultades de vivir en un país que no es el propio. “La mayor parte de los casi quinientos inmigrantes mauricianos en Roma son mujeres que encuentran trabajo como empleadas domésticas. Difícilmente consiguen traer consigo a la familia y raramente encuentran empleos dignos de la calificación obtenida en nuestro país”. Otra gran dificultad es la de encontrar casa a causa de los alquileres demasiado caros o de las pocas garantías que sus precarios empleos pueden ofrecen a los propietarios de inmuebles en alquiler. “Pero hay otra realidad - añade Yvonnette - , es la compuesta por mauricianos que se han casado con italianos, formando una familia cuyos hijos están plenamente integrados en la sociedad italiana”.
Los marfileños católicos, en cambio, gozan de una situación mejor desde el punto de vista laboral. “Muchos de ellos - informa el responsable Jacques Abi - trabajan como funcionarios en la Embajada de la Costa de Marfil, o son empleados de la FAO”. La comunidad agrupa a unas ochenta personas, en su mayoría mujeres, y se reúne cada primer domingo de mes en la Iglesia de San Luis de los Franceses (Via Santa Giovanna d’Arco 5) para celebrar la Misa, a veces también bautizos y bodas, y compartir impresiones sobre su vida en Italia. “Las dificultades de los marfileños en Roma - cuenta a la Agencia Fides el responsable - no se distinguen de las de otros inmigrantes que viven en la capital. Aunque algunos de ellos tienen, como hemos dicho, un buen trabajo”.
La comunidad egipcia en cambio no tiene un lugar propio de reunión en la capital. “En Roma hay cerca de un centenar de familias católicas egipcias - afirma el Padre Giona a Fides - pero no conseguimos que participes más de una treintena a causa de la falta de espacio”. El responsable nos explica que, tras la Misa, celebrada en la Basílica de Santa Anastasia al Palatino (Piazza Santa Anastasia 1) la comunidad se ve con frecuencia obligada a reunirse en el tan sugestivo cuanto incómodo marco del Circo Máximo. “Este problema nos impide además poder celebrar bautismos o comuniones, que tienen que desarrollarse en las parroquias de pertenencia de las familias”. También por lo que se refiere a los egipcios se puede notar una neta mayoría de mujeres. “Muchas de ellas - dice el Padre Giona - trabajan como empleadas domésticas aunque han estudiado en la universidad. La mayor parte de los egipcios en Italia habían conseguido un título universitario en nuestro país, pero se ven obligados a aceptar trabajos modestos en espera de obtener la convalidación de su título de estudio que aquí no es considerado válido”. (MP) (Agencia Fides 20/7/2006 Líneas: 37 Palabras: 553)


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