ASIA/TIERRA SANTA - Elevado, dramático, cada vez procura más el incendio en Medio Oriente. Entrevista al Padre David Jaeger, franciscano, israelita, jurista, unánimemente reconocido entre los más profundos conocedores de la compleja cuestión meridional. Hoy - afirma - es aún más necesario lanzar de nuevo la Conferencia de Paz de Madrid de 1991

jueves, 13 julio 2006

La salida al campo de Hizballah en la frontera entre Líbano e Israel...
El enésimo enfrentamiento que ve implicados a Israel y el Líbano ha comenzado con el ataque lanzado el miércoles por la mañana desde el territorio libanés contra militares y civiles en Israel. Difícil describir la rabia israelí, que une - como nunca - gobierno, ejército y población. Israel en efecto, ya en la primavera del 2000, se retiró completamente de la tierra libanesa hasta la frontera internacional, y este hecho ha sido certificado, y confirmado, desde la ONU, por lo que - se corrobora en Israel - no existiría ningún motivo más para el Líbano se aventurase en acciones militares contra el Stat Hebreo. El Primer Ministro israelí, Olmert lo ha definido como un acto de guerra de parte de la misma república libanesa, que no habría cumplido la Resolución 1559 del Consejo de seguridad ONU. Esta Resolución ordenó, efectivamente, al Líbano, que desarmase Hizballah y retomase el control sobre el sur, que ha permanecido por el contrario, en las manos de Hizballah. El propio Hizballah, se dice en Israel, sería alistado y abastecido por Irán, precisamente en el intento de mantener "caliente" la frontera con Israel. El objetivo estratégico de Israel sería obligar a los libaneses, que tanto han hecho ya para recobrar la soberanía nacional, a desear librarse de la embarazosa presencia de una organización armada etero-directa, - advierten los israelíes - so pena de la destrucción de todo cuanto había sido tan fatigosamente reconstruido en los años que siguieron a la guerra civil. En todo caso, en el desarrollo del resto de esta crisis, es previsible que en cierto punto - como ya ha ocurrido en diversas ocasiones en el pasado - se llegue a un tipo de tregua, y vuelva la calma, siempre relativa, hasta la siguiente vez.... Queda solo ver cuanto sufrimiento y cuanta destrucción se tenga todavía que sufrir y padecer, de un lado de la frontera y del otro, antes de tal conclusión, siempre provisional. El todo subraya lo frágil que son las meras treguas, y lo necesario que es que todos vuelvan a la búsqueda seria y continua de la paz definitiva, concordada, ecuánime, integrada en un conjunto regional.

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - La Agencia Fides dirigió algunas preguntas al franciscano Padre David Jaeger sobre el proceso de paz en Medio Oriente y la situación en Tierra Santa.

El Medio Oriente y la paz. Se habla tanto de “proceso” y tan poco de “paz”. Usted esto lo dice desde hace mucho tiempo: explíquenos mejor...
Parece que desde hace algunos años suceda exactamente esto: se habla tanto del “proceso de paz” y del impacto que diversos desarrollos podrían tener sobre el proceso de paz. Parece casi que estamos ante una especie de “teología del proceso”, como la que hace algunos años trataba de suplantar al cristianismo. Sería necesario en cambio que de nuevo todos se concentraran en la paz misma, en la necesidad urgente de alcanzar un tratado de paz entre Israel y Palestina que ponga fin al sangriento conflicto que se prolonga desde hace decenios.
Y respecto a la búsqueda de la paz, es ciertamente importante que la nueva crisis al Norte no haga perder la atención de la fase actual del conflicto originario, entre israelíes y palestinos, que también está viviendo también un prolongado momento dramático, y respecto al cual no se oye ya hablar a nadie ni siquiera de 'proceso de paz'

La Conferencia de paz de Madrid en el 1991 ofreció una serie de propuestas. ¿Por qué continúan ignorándose?
La Conferencia de Madrid, reunida en otoño de 1991 por iniciativa del entonces presidente George Bush y gracias a la habilidad diplomática del Secretario de Estado USA, James Baker, quería servir de marco para las negociaciones de paz bilaterales entre Israel y sus vecinos, sobre todo naturalmente la nación palestinense. La Conferencia era aceptada por todos los protagonistas en base a las cartas de invitación que especificaban las premisas obligadas. Tras la primera sesión la Conferencia no se reunió más y parece haber sido olvidada. Frente a las dificultades cada vez mayores que encuentran hoy israelitas y palestinenses para reunirse y realizar negociaciones de paz bilaterales, parecería que el marco de la Conferencia de Madrid puede ofrecer un lugar de encuentro y reglas suficientes para que la negociación pueda continuar con seriedad. Porque, que haya sido olvidada, es difícil decirlo, es tarea de los historiadores. Hoy en cambio, la tarea de los hombres de Estado podría ser precisamente ésta: reconvocarla para poner frente a frente a las dos partes del conflicto, alentarlas y acompañarlas de cerca durante las negociaciones, y ayudarlas así a firmar cuanto antes el tratado de paz, cuyos trazos esenciales son conocidos por las dos partes desde hace años.

Recientemente también el Santo Padre ha multiplicado los llamamientos por Tierra Santa…
El Santo Padre en sus recientes intervenciones parece querer recordar a los Jefes de Estado y de Gobierno, y a los demás políticos interesados en el conflicto y a su resolución, que abstenerse todavía de un acuerdo serio y de realizar negociaciones concretas, orientadas a la paz, no es moralmente aceptable. Él constató con amargura que, “desgraciadamente no se ven” todavía, en la situación actual, la “justicia y el serio y creíble compromiso por la paz”, del que “hay necesidad”. Todos se deben sentir destinatarios de la exhortación del Santo Padre, corresponsables en la construcción de la paz, intimaba el Sumo Pontífice y “nadie se sustraiga al deber de construir una convivencia pacífica” en Tierra Santa (Exhortación tras el Ángelus del 2 de julio 2006). Este deber, el Papa lo había ya clarificado en el Ángelus del 29 de junio, no es solamente de “los responsables israelitas y palestinenses”, sino que exige en efecto “la generosa contribución de la comunidad internacional”.

Hebreos, musulmanes y Jerusalén. ¿Y los cristianos?
La cuestión de Jerusalén debería ser tratada también en el cuadro de las negociaciones de paz con esta característica propia: su solución no depende sólo de las dos partes en conflicto. En efecto, Israel y Palestina no tienen ni siquiera la competencia de decidir bilateralmente sobre la suerte de Jerusalén, visto que las Naciones Unidas la habían destinado desde el principio a formar un “corpus separatum” internacionalmente administrado. Si se quisiera cambiar esta situación jurídica, sería necesario que las Naciones Unidas admitieran que los fines de su resolución originaria han sido alcanzados.
La Iglesia Católica, la Santa Sede, han considerado desde hace mucho tiempo que la realización de estos fines de la resolución ONU, exige al menos que sea internacionalmente garantizada la salvaguarda - en la “Ciudad de Jerusalén y alrededores” (así ha definido la ONU el territorio interesado) de estos valores y derechos fundamentales:
a) La libertad de religión y de conciencia para todos
b) La igualdad jurídica de las tres religiones monoteístas, de las instituciones y sus seguidores
c) La identidad propia y el carácter sagrado de la Ciudad, y su patrimonio religioso y cultural de significado universal
d) Los Lugares Santos, la Libertad de acceso y culto en ellos
e) El régimen jurídico de “status quo” en los Lugares Santos.

Todo esto se encuentra formulado en el Preámbulo del Acuerdo de base firmado por la Santa Sede con el OLP el 15 de febrero 2000. Obviamente no hay ningún motivo para que Israel no pueda adherirse a estos compromisos, que por otra parte corresponderían a sus políticas tantas veces anunciadas; como también no hay motivo alguno para que Israel, que tiene intención de salvaguardar estos valores y respetar estos derechos, no pueda aceptar de buen grado que sean internacionalmente garantizados. En efecto, si Israel y Palestina se adhirieran al mismo mecanismo multilateral de garantía para Jerusalén, las suertes políticas de la Ciudad (esto es la línea de frontera entre los dos Estados, etc…) podrán decidirse también por una negociación bilateral. (Agencia Fides 12/7/2006 Líneas: 76 Palabras: 925)


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