VATICANO - “La persona es el centro y el fin de la realidad material y de la sociedad. La ética es la realización dinámica de la persona, la expresión y plenitud de su riqueza”. Los primeros veinte años del Centro de Bioética de la Universidad Católica

viernes, 7 julio 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Se han celebrado en Roma los veinte primeros años del Centro de Bioética de la Universidad Católica, querido por Mons. Elio Sgreccia, actual Presidente de la Pontificia Academia de la Vida, y que se ha convertido en un punto de referencia esencial en un mundo en el que si bien el contexto histórico ha cambiado enormemente, inmutables valores siguen siendo no negociables.
Mons. Sgreccia, primer director del Centro, hizo un recorrido por las etapas que le han llevado a ocuparse de bioética, durante la celebración del 30 de junio. En la lectio magistralis, el Obispo recordó que, el Manual de bioética para médicos y biólogos, escrito por él en 1985, “ha caracterizado en estos veinte años nuestra común actividad, me atrevo a decir, nuestra escuela”. “Tuve claro desde el comienzo - dijo el Obispo - que el origen de la persona es espiritual, porque el alma vive en estrecha unión con el espíritu, en fuerza del mismo acto existencial que es único. El cuerpo es epifanía, revelación y escondite del espíritu”. “Esta base metafísica me parece una visión valida sobre todo para los médicos que curan el cuerpo e interactúan con la persona a través de la corporeidad”. Entonces, en efecto, “se hablaba mucho de humanización de la medicina, poniendo en el centro la relación interpersonal médico-paciente”.
“La persona - dijo Mons. Sgreccia, expresando sus esperanzas para el futuro - es el centro y el fin de la realidad material y de la sociedad, es el artífice de la historia temporal, trasciende la realidad cósmica por su espiritualidad y al tiempo es inmanente por su corporeidad”. La ética, añadió, “es la realización dinámica de la persona, la expresión y la plenitud de su riqueza: la ética normativa no es una jaula o una represión, sino que constituye la línea de expansión y el dinamismo de su plenitud”. Esta concepción de la persona, observó todavía Mons. Sgreccia, “es compatible con la visión católica, pero presenta también sólidos valores y argumentos para la razón filosófica y respeta el aporte de la ciencia y la investigación”.
Antes de terminar, Mons. Sgreccia expresó su esperanza de que “la Iglesia en la pastoral y en la preparación de sus agentes y responsables de la pastoral pueda acoger una más rica componente de formación sobre los problemas de la vida” (AP) (Agencia Fides 7/7/2006 Líneas: 31 Palabras: 437)


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