VATICANO - De Santiago podemos aprender muchas cosas, “la prontitud en responder a la llamada del Señor, el entusiasmo en seguirlo, la disponibilidad para dar testimonio de Él con valentía, si es necesario hasta el sacrificio supremo de la propia vida”: la catequesis de Benedicto XVI en la audiencia general

jueves, 22 junio 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Durante la audiencia general del pasado miércoles 21 de junio, el Santo Padre Benedicto XVI, continuó presentando la serie de retratos de los apóstoles elegidos directamente por Jesús durante su vida terrena. Después de San Pedro y de su hermano Andrés, el Papa se detuvo esta vez en la figura de Santiago, llamado “el Mayor”. En efecto, “los elencos bíblicos de los Doce mencionan a dos personas con este nombre: Santiago hijo de Cebedeo y Santiago hijo de Alfeo, los cuales se distinguen comúnmente con los apelativos de Santiago el Mayor y Santiago el Menor. Estas designaciones - explicó el Santo Padre - no quieren ciertamente medir su santidad, sino sólo tomar acta del diverso relieve que reciben en los escritos del Nuevo Testamento y, en particular, en el cuadro de la vida entera de Jesús.
El nombre de Santiago es la forma griega del nombre del patriarca Jacob. “Santiago es uno de los tres discípulos privilegiados, junto con Pedro y Juan, que participan de cerca en momentos importantes de la vida de Jesús”. En particular el Santo Padre Benedicto XVI, que abrevió su catequesis a causa del calor que oprimía la Plaza de San Pedro, mencionó dos circunstancias: Santiago “pudo participar, junto a Pedro y Juan, a la agonía en el huerto de Getsemaní y al acontecimiento de la Transfiguración de Jesús”. En la Transfiguración, Santiago experimenta la gloria del Señor, en Getsemaní en cambio se encuentra con el sufrimiento y la humillación. “Ciertamente, la segunda experiencia constituyó para él ocasión de una maduración en la fe - dijo el Papa -, para corregir la interpretación unilateral, triunfalista de la primera experiencia: él pudo entrever que el Mesías, esperado por el pueblo judío como un triunfador, no estaba rodeado solamente de honor y gloria, sino también de desdichas y debilidades. La gloria de Cristo se realiza precisamente en la Cruz, en la participación a nuestros sufrimientos”.
Santiago, fortalecido y madurado en la fe por el Espíritu Santo recibido en Pentecostés, no se echó para atrás en el momento del testimonio supremo: fue martirizado al inicio de los años cuarenta del primer siglo, por el Rey Herodes Agripa, como nos informa el evangelista Lucas. “Lo conciso de la noticia, priva de todo detalle narrativo revela, de una parte, lo normal que para los cristianos era testimoniar al Señor con la propia vida- ha subrayado el Papa - y. por otra, la destacada posición de Santiago en la Iglesia de Jerusalén, también por el papel desempeñado durante la existencia terrena de Jesús”. Una tradición sucesiva narra su estancia en España para evangelizar aquella importante región del imperio romano. “Según otra tradición, habría sido transportado a España su cuerpo, en la ciudad de Santiago de Compostela. Como todos sabemos, aquel lugar se convirtió en lugar de gran veneración y aún hoy es meta de numerosas peregrinaciones, no sólo de Europa, sino de todo el mundo”.
Concluyendo su catequesis, el Papa Benedicto XVI subrayó que del apóstol Santiago podemos aprender muchas cosas: “La prontitud en responder a la llamada del Señor, incluso cuando nos pide que dejemos ‘la barca’ de nuestra seguridad humana; el entusiasmo en seguirlo por los caminos que nos indica, fuera de nuestra presunción ilusoria, la disponibilidad para dar testimonio de Él con valentía, si es necesario hasta el sacrificio supremo de la propia vida… El camino no sólo exterior sino sobre todo interior sino sobre todo interior, desde el monte de la Transfiguración al monte de la agonía, simboliza toda la peregrinación de la vida cristiana, entre las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios, como dice el Concilio Vaticano II. Siguiendo a Jesús como Santiago sabemos, incluso en los momentos de dificultad, que vamos por el camino recto”. (SL) (Agencia Fides 22/6/2006 Líneas: 50 Palabras: 685)


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