AFRICA/TOGO - “La Cruz de los jóvenes sea signo de paz y esperanza para todos los togoleses” dice el Arzobispo de Lomé, que acogió la Cruz de la JMJ en su peregrinación africana

viernes, 16 junio 2006

Lomé (Agencia Fides) - “Acojamos con todo nuestro corazón y con los brazos abiertos la Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud para que Cristo radique en nuestros corazones, en nuestras culturas, tradiciones y sociedad y para que los togoleses se reconozcan como hermanos y hermanas y puedan vivir en paz”. Así se expresó Mons. Philippe F. Kpodzro, Arzobispo de Lomé en la acogida de la Cruz de los jóvenes en su llegada a Togo, durante su recorrido por el continente africano.
La llegada de la Cruz y del Icono de la Virgen María que la acompaña, ha sido celebrado el 12 de junio, en la Iglesia de Cristo Rey de Kodjoviakopé, en la capital togolesa, Lomé, en presencia de Mons. Kpodzro, del P. Christian Agbelekpo, Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias, de sacerdotes, religiosas y fieles laicos, y de una delegación de jóvenes de Ghana, encabezada por el Padre Charles Poku, capellán nacional juvenil. Efectivamente, los dos símbolos religiosos provenían de la confinante Ghana. En la frontera entre los dos países, una multitud festiva de centenares de personas acogió la Cruz y el Icono de la Virgen. Entre los presentes había personas de fe no cristiana.
En su discurso, Mons. Kpodzro recordó el significado de la Cruz, como historia de la salvación, desde la intercesión de Moisés a favor del pueblo de Dios hasta a la muerte y resurrección de Jesús.
Según Justine Mathey, responsable diocesana de los jóvenes de la Archidiócesis de Lomé, la llegada de la Cruz es un signo de Gracia para toda la población togolesa, probada por una difícil situación política, social y económica.
En el 1984 frente a más de 300.000 jóvenes del mundo entero reunidos en Roma para la Jornada Mundial de la Juventud, durante el Domingo de Ramos, el Papa Juan Pablo II entregó a los jóvenes del mundo este símbolo del amor de Cristo por la humanidad, con ocasión de la celebración del Año Santo de la Redención (1983-1984), que marcaba el 1950º aniversario de la muerte y resurrección de Jesucristo. (LM) (Agencia Fides 16/6/2006 Líneas: 30 Palabras: 380)


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