AFRICA/MADAGASCAR - El orfanato Beato Marcoantonio Durando de Fianarantsoa, dirigido por las Hermanas Nazarenas, es el único punto de referencia para 382 niños víctimas del fenómeno de la migración hacia las ciudades

viernes, 9 junio 2006

Fianarantsoa (Agencia Fides) - El fuerte aumento del fenómeno de la migración hacia las ciudades que desde hace tiempo se está verificando en Madagascar, empuja a muchas personas, solteras o con toda la familia, a buscar en la ciudad un lugar donde poder vivir de una manera más digna o con menos incertidumbres con respecto al futuro. Por desgracia tales expectativas con frecuencia no se cumplen: las condiciones de vida en la ciudad son miserables, el trabajo es difícil de encontrar y poco retribuido. Tal situación tiene graves consecuencias también sobre la institución familiar. Muchas veces, las jóvenes que dejan el campo para ir a la ciudad rompen los vínculos con la familia de origen, y al encontrarse en condiciones de extrema necesidad se ven obligadas a procurarse lo necesario para vivir con cualquier medio: muchas quedan embarazadas y no pueden tener a su hijos, es alto el número de las que mueren en el parto y dejan a los neonatos huérfanos. Si hasta hace no mucho tiempo, en gran parte del territorio malgache, la organización social unida a la vida del clan no permitía que el niño huérfano quedara abandonado. Siempre había una familia o parientes que se ocuparan de él. Esto ya no sucede hoy, sobre todo en la ciudad. La única vía segura que queda es la hospitalidad del orfanato. Fianarantsoa, la segunda ciudad de Madagascar, es una de las ciudades donde el fenómeno de la migración hacia la ciudad es más fuerte y como consecuencia el fenómeno de los niños abandonados es mucho más frecuente. Ya desde hace algunos decenios, una valiente señora malgache, había abierto un orfanato en el centro de la ciudad. Cuando ya no pudo continuar dirigiéndolo se lo ofreció a la Diócesis, y ésta en el 1990 se lo confió a las Hermanas Nazarenas, que tenían una comunidad en la periferia de la ciudad. Como recuerda el periódico “Información Vicenciana”, Sor Anunciada, en aquel momento Delegada Regional de las Hermanas Nazarenas, hizo adquirir a la Diócesis cinco hectáreas de terreno a las afueras de la ciudad. En el 1993, en cuanto estuvieron terminados los primeros edificios, llevó allí a los niños. El proyecto preveía, además de los edificios necesarios (cocina, dormitorios, aulas, iglesia-salón, una zona para las hermanas y el personal, enfermería) el cultivo de un gran terreno, que debería proporcionar el alimento necesario a los huéspedes del orfanato, y la construcción de un establo y un gallinero. En la actualidad el orfanato Beato Marcoantonio Durando en Fianarantsa, es una pequeña ciudad: acoge a 451 personas, de las 382 son niños y jóvenes, 56 personas de servicio y 13 hermanas. Las necesidades están en relación con el número de personas: hacen falta 125 kilos de arroz al día, a lo que se debe añadir al menos un poco de verdura, alubias y carne, y para los adultos alguna otra cosa. Hay que pensar también en la ropa blanca y los vestidos así como en la manutención de los edificios, que son muy grandes, y en la escuela para 220 niños (escuela elemental, media y superior). Teniendo en cuenta la gran escasez de recursos económicos que sufre Madagascar, las autoridades malgaches no pueden asegurar ninguna contribución. La mitad de los gastos se cubren con financiación de la Comunidad Europea y con las ayudas realizadas por diversos entes y organizaciones además de tantos benefactores privados, sobre todo italianos. Pero las necesidades no acaban nunca. (RF) (Agencia Fides 9/6/2006 Líneas: 41 Palabras: 607)


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