ASIA/FILIPINAS - OBISPO EN TERRITORIO DONDE ARRECIA LA GUERRILLA: HABLA A LA AGENCIA FIDES MONS. ANGELITO LAMPON, VICARIO APOSTÓLICO DE JOLO, EN LAS FILIPINAS MERIDIONALES, CADA DÍA EN PELIGRO DE MUERTE, SUCESOR DEL OBISPO MASACRADO POR LOS REBELDES.

viernes, 26 septiembre 2003

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Vive escoltado día y noche, en una zona donde dominan los atentados y los enfrentamientos armados entre el ejercito y los rebeldes. Mons. Angelito Lampon de los Misioneros Oblatos de Maria Inmaculada, prosigue con coraje la actividad pastoral en el Vicariato Apostólico de Jolo, área en su mayoría islámica y puesto fuerte de los rebeldes de “Abu Sayyaf”, conocidos por sembrar la muerte y el terror en las islas Filipinas meridionales.
Su predecesor, Mons. Benjamus De Jesús, fue brutalmente asesinado en una emboscada en febrero de 1997 y es uno de los numerosos mártires que han pagado con su vida el testimonio de fe y el compromiso misionero en el Sur de Filipinas. Desde entonces el gobierno filipino impuso una escolta armada al Obispo y protege con el ejercito los principales lugares de culto y de actividad de la comunidad católica.
Mons. Lampon ha explicado a la Agencia Fides: “En nuestra región de Jolo, Tawi-Tawi y del archipiélago de Sulu hay una situación de violencia generalizada. Los rebeldes son activos y con frecuencia se enfrentan con el ejercito. Intentamos sobrevivir en la humildad y en la máxima prudencia, llevando adelante nuestras actividades pastorales, intentando mantener con dificultad la luz de la fe en una zona en su mayoría musulmana”.
La asistencia a la comunidad católica, explica el Obispo, “consiste sobre todo en la administración de los Sacramentos, en la gestión de algunas escuelas y de la estación de radio católica en Jolo, muy importante para la vida de nuestro Vicariato Apostólico. Intentamos servir a nuestros fieles a pesar del peligro constante. La fe me ayuda a desarrollar la misión que me ha sido confiada , como hicieron en el pasado los Obispos que me han precedido y como me enseñó Mons. Bejamus De Jesús, hombre de paz que dio su vida por la fe”.
Mons. Lampon cuenta a la Agencia Fides la vida de la pequeña comunidad católica de Jolo, de 24.000 personas sobre cerca de un millón de musulmanes: “La gente vive atemorizada. Muchos de los católicos han sido asesinados; se producen con frecuencia rapiñas. Actualmente se encuentran en manos de los rebeldes dos médicos católicos secuestrados en Jolo el 3 de septiembre y mientras las familias viven en la angustia estamos intentando conseguir su rescate. No tenemos elección: continuamos adelante en medio de estas dificultades pero nuestra fe no disminuye”.
La vida en la isla esta militarizada y el terror es palpable. El Obispo explica: “Me veo obligado a tener una escolta con algunos soldados que me protegen día y noche. También la catedral y las escuelas de Jolo están vigiladas de modo permanente: el gobierno nos ofreció esta ayuda después de los homicidios que la Iglesia sufrió en los años pasados para intentar proteger a los civiles desarmados”.
“La misión de la Iglesia en esta situación - señala Mons. Lampon – es construir la paz: nos vemos directamente implicados en el diálogo interreligioso, por medio de la Bishop-Ulama Conference, que une a los líderes cristianos y musulmanes. Estamos en contacto con grupos musulmanes a nivel local e intentamos ayudar en el proceso de paz en la región actuando de intermediarios entre el gobierno y los rebeldes y buscando establecer buenas relaciones entre musulmanes y cristianos”.
El Obispo concluye: “La esperanza no decae nunca, esto es todo lo que nos queda. La posibilidad real de obtener la paz pasa por el dialogo y el establecimiento de relaciones de confianza. La mayor dificultad es la presencia de pequeños grupos de fundamentalistas islámicos que fomentan el odio y luchan por islamizar el territorio. Pero existen también grupos cristianos que miran a los musulmanes con gran desconfianza porque no los ven capaces de promover la paz, y también esto es una actitud errada”.
(PA) (Agencia Fides 26/9/2003 Líneas: 51 palabras: 664)


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