VATICANO - EL PAPA A LOS OBISPO DE FILIPINAS: SER LA IGLESIA DE LOS POBRES, CONVERTIRSE EN UNA AUTENTICA COMUNIDAD DE DISCÍPULOS DEL SEÑOR, TRABAJAR POR UNA EVANGELIZACIÓN ÍNTEGRA Y RENOVADA

viernes, 26 septiembre 2003

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - “Tres prioridades pastorales importantes emergen del Concilio plenario: la necesidad de ser una Iglesia de los pobres, el compromiso por convertirse en una autentica comunidad de discípulos del Señor y el compromiso de trabajar por una evangelización integra y renovada”. El Papa recordó las tres prioridades de la Iglesia de la nación asiática el pasado 25 de septiembre al recibir en la palacio pontificio de Castel Gandolfo con motivo de la visita ad limina Apostolorum a los Obispos filipinos de las provincias de Cagayan de Oro, Cotabato, Davao, Lipa, Ozamis y Zamboanga. El Santo Padre anunció que, como los Obispos realizaran la visita pastoral dividios en tres grupos, tratará en cada grupo uno de los tres temas, intentando de todas formas dirigirse siempre a todos los Obispos.
Con este primer grupo, el Santo Padre subrayó la prioridad de ser “Iglesia de los pobres”. “Este preferencia por los pobres no es en ningún sentido exclusiva – dijo el Papa - sino que abarca a todas las personas, sin tener en cuenta su condición económica o su categoría social. Es una Iglesia que ofrece una atención preferencial a los pobres, tratando de compartir tiempo y recursos para aliviar sus sufrimientos. Es una Iglesia que trabaja con todos los sectores de la sociedad, incluidos los mismos pobres, para buscar soluciones a los problemas de la pobreza, y así liberar a la gente de la miseria. Es además una Iglesia que utiliza los talentos y dones de los pobres, contando con ellos en la misión de evangelización. La Iglesia de los pobres es una Iglesia en la que los pobres son bienvenidos, escuchados e involucrados activamente”.
De este modo la Iglesia de los pobres “contribuye de manera decisiva a la necesaria transformación de la sociedad, a la renovación social basada en la visión y en los valores del Evangelio”, cuyos principales protagonistas deben ser los laicos. “Esto implica – prosiguió el Papa - una cuidadosa formación en la doctrina social de la Iglesia, y un diálogo constante con los sacerdotes y religiosos sobre las cuestiones sociales y culturales. Como pastores y guías espirituales vuestra profunda atención hacia estos objetivos dará una gran contribución al servicio de la misión ad gentes de la Iglesia “.
El Papa subrayó después que “el campo mas inmediato y quizá el más importante del testimonio laico de la fe es el matrimonio y la familia”: la familia misma es uno de los sujetos de evangelización más eficaces y apoyando a la familia se combaten también las varias formas de explotación humana. Por último el Santo Padre se centró sobre el fenómeno del terrorismo y los episodios de violencia que ensangrientan las Filipinas: “Al igual que vosotros, condeno de la manera más rotunda estos actos. Hago un llamamiento a las partes involucradas a abandonar las armas de muerte y destrucción, a rechazar la desesperación y el odio que conllevan, y a empuñar las armas del entendimiento mutuo, del compromiso y la paz”. El Papa recordó también que “en la campaña contra el terrorismo y la violencia los líderes religiosos deben desempeñar un papel decisivo” y lanzó “un llamamiento explícito al diálogo ecuménico y a la cooperación”.
alentando los esfuerzos de los obispos de Filipinas “por incrementar las oportunidades de entablar fecundos intercambios con los demás creyentes en Cristo y con vuestros hermanos y hermanas musulmanes”. (S.L.) (Agencia Fides 26/9/2003 Líneas: 45 palabras: 605)


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