VATICANO - El Santo Padre Benedicto XVI celebra en plaza Pilsudski en Varsovia: “¿Como no dar gracias a Dios por cuanto se ha realizado en vuestra patria y en el mundo entero, durante el pontificado de Juan Pablo II?”

sábado, 27 mayo 2006

Varsovia (Agencia Fides) - A las 9:30 horas del viernes 26 de mayo, el Santo Padre Benedicto XVI, presidió la Concelebración Eucarística en la Plaza Pilsudski de Varsovia. Con el Papa concelebraron varios Cardenales y Obispos, tanto polacos como provenientes de otros países, además de numerosos sacerdotes. Estaba presente también el Presidente de la República con las autoridades políticas y civiles, junto con una multitud de 250.000 personas. En la misma plaza, Juan Pablo II celebró la Santa Misa el 2 de junio de 1979, durante su primer Viaje Apostólico a Polonia, como recordó Benedicto XVI durante la homilía. “Aquí, en la vigilia de Pentecostés, Juan Pablo II pronunció las significativas palabras de la oración: “Descienda tu Espíritu Señor, y renueve la faz de la tierra”. Y añadió: “¡De esta tierra!”. En este mismo lugar tuvo lugar la despedida, con la solemne ceremonia fúnebre, del gran Primado de Polonia, el Cardenal Stefan Wyszynski, del que recordamos en estos días el 25º aniversario de su muerte. Dios unió a estas dos personas no sólo mediante la misma fe, esperanza y amor, sino también mediante las mismas vicisitudes humanas, que han unido a uno y otro tan fuertemente con la historia de este pueblo y de la Iglesia que vive en él.”
El Santo Padre invitó a todos a dar gracias a Dios por cuanto se ha realizado en Polonia y en el mundo entero durante el Pontificado de Juan Pablo II: “Ante nuestros ojos han tenido lugar cambios de enteros sistemas políticos, económicos y sociales. La gente en diversos países ha reconquistado la libertad y el sentido de la dignidad”. Comentando las lecturas proclamadas en la Santa Misa, el Papa resaltó como Jesús revela “el profundo vínculo que existe entre la fe y la profesión de la Verdad Divina, entre la fe y la entrega a Jesucristo en el amor, entre la fe y la práctica de la vida inspirada en los mandamientos. Las tres dimensiones de la fe son fruto de la acción del Espíritu Santo. Vemos así que la fe es un don, pero al mismo tiempo es una tarea”.
Como ya ha sucedido en el pasado, también hoy hay personas o ambientes que “querrían falsificar la palabra de Cristo y quitar del Evangelio las verdades, según ellos, demasiado incómodas para el hombre moderno”. A este propósito el Papa ha afirmado: “La Iglesia no puede hacer callar al Espíritu de la Verdad. Los sucesores de los Apóstoles, junto con el Papa, son responsables de la Verdad del Evangelio… Cada cristiano es llamado a confrontar continuamente sus propias convicciones con los dictámenes del Evangelio y de la Tradición de la Iglesia en el compromiso de permanecer fiel a la palabra de Cristo, incluso cuando ésta es exigente y humanamente difícil de comprender. No debemos caer en la tentación del relativismo o de la interpretación subjetivista y selectiva de las Sagradas Escrituras. Sólo la verdad íntegra puede abrirnos a la adhesión a Cristo muerto y resucitado por nuestra salvación”.
Subrayando que “la fe consiste en una íntima relación con Cristo”, el Santo Padre Benedicto XVI afirmó que amar a Cristo significa “fiarse de Él también en la hora de la prueba… En sus manos nuestra vida adquiere su verdadero sentido… Amarle significa permanecer en diálogo con Él, para conocer su voluntad y realizarla con prontitud… Pero vivir la propia fe como relación de amor con Cristo significa también estar preparado para renunciar a todo lo que constituye la negación de su amor”.
Al término de la homilía, el Santo Padre recordó que hace veintisiete años, en el mismo lugar, Juan Pablo II dijo: “Polonia se ha convertido para nuestros tiempos en tierra de testimonio particularmente responsable”, y concluyó con esta exhortación: “Os lo ruego, cultivad esta rica herencia de fe que os han transmitido las generaciones precedentes, la herencia del pensamiento y del servicio de aquel gran polaco que fue el Papa Juan Pablo II. Permaneced fuertes en la fe, transmitidla a vuestros hijos, testimoniad la gracia que habéis experimentado de una manera tan abundante a través del Espíritu Santo en vuestra historia”. (S.L.) (Agencia Fides 27/5/2006 Líneas: 55 Palabras: 733)


Compartir: