VATICANO - “Nuestras aspiraciones ecuménicas deben estar empapadas por la oración, el perdón recíproco y la santidad de vida de cada uno de nosotros” exhorta el Santo Padre Benedicto XVI

viernes, 26 mayo 2006

Varsovia (Agencia Fides) - La tarde del jueves 25 de mayo, el Santo Padre Benedicto XVI se reunió con el Presidente de la República de Polonia, después se dirigió a la Iglesia luterana de la Stma. Trinidad donde se desarrolló un Encuentro Ecuménico con representantes de otras religiones. Durante la Liturgia de la Palabra, el Papa pronunció un discurso en el que reafirmó sobre todo su firme propósito realizado al inicio de su pontificado: “considerar una prioridad de mi ministerio la restitución de la plena y visible unidad entre los cristianos”.
El Santo Padre recordó la visita de Juan Pablo II a la misma iglesia, en el año 1991, y cómo afirmó entonces: “Por mucho que nosotros nos empeñemos en la unidad, ésta es siempre un don del Espíritu Santo” - exhortando a todos a que las aspiraciones ecuménicas estén empapadas por la oración, el perdón recíproco y la santidad de vida de cada uno de nosotros”. En camino hacia el encuentro último y definitivo con Cristo, “con nuestra vida anunciamos su muerte, proclamamos su resurrección, esperando su venida. Sentimos el peso de la responsabilidad que todo esto comporta; el mensaje de Cristo, en efecto, debe llegar a cada hombre de la tierra, gracias al compromiso de aquellos que creen en Él y que son llamados a testimoniar que Él es verdaderamente enviado por el Padre. Es necesario por tanto que, anunciando el Evangelio, estemos movidos por la aspiración a cultivar relaciones recíprocas de sincera caridad, de manera que a su luz todos conozcan que el Padre ha enviado a su Hijo y ama a la Iglesia y cada uno de nosotros, como le ha amado a Él. Tarea de los discípulos de Cristo, tarea de cada uno de nosotros es, por tanto, la de tender a una unidad tal que lleguemos a ser como cristianos signo visible de su mensaje salvífico, dirigido a todo ser humano”.
En estos últimos años han sido muchos los pasos hacia delante encaminados hacia una recíproca comprensión y acercamiento, y el Papa Benedicto XVI ha recordado los acontecimientos ecuménicos de mayor trascendencia. Sin embargo hay dos cuestiones que continúan abiertas. “La primera se refiere al servicio caritativo de las Iglesias. Son numerosos los hermanos que esperan de nosotros el don del amor, de la confianza, del testimonio, de una ayuda espiritual y material concreta… La práctica de la caridad fraterna nos acerque cada vez más y haga más creíble nuestro testimonio a favor de Cristo frente al mundo”. La segunda cuestión afecta a la vida conyugal y familiar. “En el mundo de hoy… cada ve es más frecuente que jóvenes provenientes de diversas tradiciones, de diversas religiones, de diversas confesiones cristianas, se decidan a fundar juntos una familia. A veces, para los mismos jóvenes y para los suyos, es una decisión difícil que comporta ciertos peligros tanto para la perseverancia en la fe como para la construcción futura del orden familiar, para la creación de un clima de unidad en la familia y de las condiciones necesarias para el crecimiento espiritual de los hijos… Por eso son necesarias la benevolencia recíproca, la comprensión y la madurez en la fe por ambas partes, como también por parte de las comunidades de las que provienen”. El Papa concluyó su discurso exhortando a la oración para que la comunidad de los discípulos de Cristo sobre la tierra “sea cada vez una comunidad de amor en la que se refleja la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. (SL) (Agencia Fides 26/5/2006 Líneas: 43 Palabras: 623)


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