VATICANO - El Santo Padre Benedicto XVI recuerda en el Regina Caeli que la fiesta de la Ascensión del Señor “revela la altísima vocación de cada persona humana” y solicita el compromiso de los mass media “para difundir el Evangelio y favorecer la solidariedad entre los pueblos”

lunes, 22 mayo 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - El doble significado de la Solemnidad de la Ascensión del Señor, que será celebrada el próximo jueves, 25 de mayo, y en algunos países el domingo siguiente, ha sido el tema de reflexión que el Santo Padre ha propuesto a los fieles reunidos en plaza San Pedro para la oración del Regina Caeli, el domingo 21 de mayo. Según los Hechos de los Apóstoles, Jesús, tras su resurrección, se aparece a los discípulos durante cuarenta días y después “fue elevado hacia lo alto ante sus ojos”. “El significado de este último gesto de Cristo es doble - ha explicado el Santo Padre -. Sobre todo, subiendo hacia lo “alto”, Él revela de manera inequívoca su divinidad: vuelve allí de donde ha venido, esto es, de Dios, tras haber cumplido su misión en la tierra. Además Cristo asciende al Cielo con la humanidad que él ha asumido y que ha resucitado de entre los muertos: esa humanidad es la nuestra, transfigurada, divinizada, eternizada. La Ascensión por lo tanto, revela la altísima vocación de cada persona humana, llamada a la vida eterna en el Reino de Dios, Reino de amor, de luz y de paz”.
El Santo Padre recordó que en la solemnidad de la Ascensión se celebra la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que este año tiene por tema: “Los medios: red de comunicación, comunión y cooperación”. El Papa ha afirmado que “la Iglesia mira con atención a los medios de comunicación social, porque representan un vehículo importante para difundir el Evangelio y favorecer la solidaridad entre los pueblos, atrayendo la atención sobre los grandes problemas que todavía les marcan profundamente”. A este propósito ha citado la iniciativa “El mundo en marcha contra el hambre” (Walk the World), puesta en marcha por el Programa Alimentario Mundial de las Naciones Unidas para solicitar una acción concreta y oportuna para vencer la tragedia del hambre, que afecta sobre todo a los niños. El Santo Padre Benedicto XVI aseguró que estaba cercano con la oración a esta manifestación, que se desarrolla en un centenar de naciones, deseando que “gracias a la contribución de todos, pueda superarse la plaga del hambre que todavía aflige a la humanidad , poniendo en peligro la esperanza de vida de millones de personas”. El Santo Padre prosiguió diciendo: “Pienso, en primer lugar, en la urgente y dramática situación del Darfur, en Sudán, donde persisten fuertes dificultades incluso para satisfacer las más elementales necesidades alimentarias de la población”.
Antes de recitar la oración mariana, el Papa confió a la Virgen a todos los que son oprimidos por el hambre, aquellos que les ayudan, “y aquellos que a través de los medios de comunicación social contribuyen a fortalecer entre los pueblos los vínculos de la solidaridad y de la paz”. Finalmente ha pedido a la Virgen “que haga fructuoso el viaje apostólico a Polonia”, que el Santo Padre Benedicto XVI emprenderá desde el jueves hasta el próximo domingo, “en recuerdo del amado Juan Pablo II”.
Saludando sucesivamente a los peregrinos en las diversas lenguas, el Papa recordó el encuentro del sábado 3 de junio, vigilia de Pentecostés, con numerosos miembros de más de cien movimientos eclesiales y nuevas comunidades, provenientes de todo el mundo: “Sé bien lo que significa para la Iglesia su riqueza formativa educativa y misionera, tan apreciada, sostenida y alentada por el amado Papa Juan Pablo II. Juntos celebraremos las Primeras Vísperas de la solemnidad de Pentecostés, invocando confiados el Espíritu Santo, para que llene los corazones de los fieles y a todos sea anunciado el mensaje de amor de Cristo, Salvador del mundo”. (SL) (Agencia Fides 22/5/2006 Líneas: 48 Palabras: 660)


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