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Sydney (Agencia Fides) - Las palabras de Benedicto XVI al nuevo Embajador de Australia ante la Santa Sede, la señora Anne Maree Plunkett, han generado orgullo y alegría en la comunidad católica australiana y gran satisfacción entre las autoridades civiles.
El Papa elogió la contribución realizada por el país en la pacificación de diversas situaciones de conflicto en el área Asia-Pacífico, por las acertadas intervenciones en las crisis humanitarias, como por ejemplo ante el tsunami, por las ayudas dispensadas con proyectos de cooperación internacional a diversas naciones en vías de desarrollo.
“Ha sido una gran muestra de reconocimiento del papel de Australia en el escenario internacional, como nación comprometida en la promoción de la paz, la justicia y el desarrollo económico del planeta”, comentan los católicos australianos, señalando la atención que el Santo Padre dirige hacia los territorios del extremo Oriente.
La mirada y solicitud del Santo Padre hacia el Novísimo Continente se expresará también, apunta la Iglesia local, a través del viaje que Benedicto XVI podría realizar con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud que tendrá lugar en Sydney en el 2008. La JMJ se preanuncia como una gran ocasión para poner en el centro de la vida de los jóvenes, la relación con Dios, portador, subrayó el Papa, de “libertad y felicidad”. La embajadora Plunkett aseguró al Santo Padre la plena colaboración del gobierno australiano para la organización de la JMJ, afirmando que toda la comunidad civil australiana “hará todo lo que pueda para contribuir al éxito de la manifestación”.
El Papa aludió también a la cuestión de los aborígenes, que genera todavía problemas y sufrimiento, invitando a tratarla según los mismos criterios de justicia y ecuanimidad demostrados por el país en el campo internacional. Justamente en los días pasados - al darse a conocer las noticias sobre abusos sexuales perpetrados en la comunidad aborigen en perjuicio de menores - la Iglesia australiana ha vuelto a recordar la antigua cuestión aborigen, invitando a una profunda comprensión de los sufrimientos del pueblo indígena, indicando la urgencia de una más incisiva acción social para combatir las dificultades y la degradación, con intervenciones en el campo de la educación, de la sanidad, del desarrollo social y económico. (Agencia Fides 19/5/2006 Líneas: 30 Palabras: 393)
