EUROPA/ITALIA - "el evangelio según sony": entrevista a D. Giuseppe Corigliano, Director de la oficina de información de la Prelatura del Opus Dei en Italia:

viernes, 19 mayo 2006

Roma (Agencia Fides) - El 6 de abril de 2006 la sala de prensa del Opus Dei de Tokio solicitaba a la Sony insertar un aviso al inicio de la película "El Código da Vinci", una leyenda, que aclarara que se trata de una obra de fantasía y que cualquiera parecido con la realidad era pura coincidencia. Este gesto - afirmaba la carta - "sería una manifestación de respeto hacia la figura de Jesús, la historia de la Iglesia y las convicciones religiosas de los espectadores". Ninguna de estas solicitudes ha sido escuchada, "el evangelio según la sony."
¿Cómo comenzó la cuestión del Código de Vinci?
A principios del 2003 nos encontramos "entre las manos" la novela ya publicada, sin haber oído nunca hablar de Dan Brown. La reacción inicial fue ignorar dentro de lo posible, el libro: responder a las preguntas que nos hacían pero evitar una reacción excesiva que provocara una ulterior atención por parte de la opinión pública.
Después ¿qué es lo que cambio?
Después de haber recibido numerosas peticiones de informaciones, se publicó una declaración en el sitio web www.opusdei.org, en el que se afirmaba que el DVC era una obra de fantasía y no una fuente fiable. Allí sucesivamente se insertó otro material informativo para dar respuesta a las numerosas preguntas que nos llegaban. Desde el principio hemos tenido una actitud de disponibilidad para informar, como demuestra, por ejemplo, el libro del vaticanista estadounidense John L. Allen completamente dedicado al Opus Dei.
¿Cómo habéis reaccionado a la noticia de la película?
Recibimos la noticia de que Sony Pictures había adquirido los derechos de la novela. La película es muy distinto de la novela, llega a más personas entre otras cosas, con la fuerza de las imágenes. No quisimos esperar pasivamente y decidimos tomar la iniciativa.
¿De qué manera?
Hemos buscado un diálogo directo con la casa de producción, a la que se han enviado tres cartas: en la primera, de enero del 2004, el vicario del Opus Dei en Estados Unidos, Father Thomas Bohlin, deploraba el trato reservado a la Iglesia, pidiendo que no se usara el nombre del Opus Dei y solicitaba un coloquio con la presidenta de la división cinematográfica de la compañía, Amy Pascal.
¿Habéis recibido respuesta?
Después de cierto tiempo, en el mismo año 2004, Miss Pascal respondió con una carta amable pero vaga. No ha sido nunca posible conseguir un encuentro con ella, ni con ninguno de los implicados en la película. Sony no ha dado nunca ninguna respuesta a las solicitudes de información.
Posteriormente ¿qué sucedió?
El 26 de diciembre del 2005 Ron Howard, el director, declaró en Newsweek que la película sería completamente fiel al libro y dijo expresamente que se introduciría al Opus Dei
¿Esto cambió las cosas?
Surgió así para nosotros la necesidad de exponer a la opinión publica nuestro punto de vista. El 10 de enero del 2006 se tuvo en Roma una reunión con los responsables de las oficinas de información del Opus Dei de Nueva York, Londres, París, Madrid, Colonia, Lagos y Montreal. En esta reunión se examinaron mucho varias sugerencias recibidas, también de parte de expertos de la comunicación, periodistas y otros colegas.
¿Qué se dijo en esa reunión?
Llegamos a un punto firme: por nosotros la salida de la película sería la ocasión de hablar correctamente de Jesús de la Iglesia, de la historia y también de qué es en realidad el Opus Dei.
¿Cuáles fueron los elementos que os empujaron a reaccionar?
Lo más desagradable del Código era la deformación de la figura de Jesús y de la Iglesia, ofensiva para todos los cristianos y, sólo en segundo lugar, el Opus Dei. Por ello, decidimos dar una respuesta cristiana y positiva para neutralizar los efectos negativos. La respuesta siempre sería educada y amable.
¿Qué habéis hecho respecto al Sony?
Hemos pedido respetuosamente a Sony que con una libre decisión, no por presiones o amenazas, evitara ofender a los cristianos. Hemos comenzado a decirles públicamente lo que no era posible decirles en privado. Recordar que se puede defender al mismo tiempo la libertad de expresión y el respeto. Nadie quería hablar de censuras ni proferir amenazas. Queríamos por el contrario, poner en conocimiento de Sony que tenía la oportunidad de contribuir a la concordia con un gesto de respecto hacia las creencias religiosas.
¿Cómo habéis comunicado esta línea vuestra?
El 12 de enero 2006 Marc Carroggio concedió una entrevista a "Zenit" en la que reafirmó el carácter ofensivo de la trama para los cristianos, la importancia de respetar las creencias, la respetuosa petición de un gesto de concordia.
¿Qué más?
Sony respondió en cierto modo publicando online un sitio en el que daba la posibilidad a todos de discutir sobre los contenidos de la película. El 14 de febrero del 2006 la sala de prensa de Roma difundió un comunicado en el que se recordaba que, cuando es posible, no basta con dar al ofendido la oportunidad de defenderse, sino que debe evitarse la ofensa. Se dijo luego que la oficina prefería comunicar directamente, sin intermediarios.
¿De cuando es la petición de poner el aviso antes de la película de que se trata de una obra de fantasía?
Del 6 de abril del 2006. La Oficina de prensa del Opus Dei de Tokio escribió una carta abierta a los accionistas, ejecutivos y empleados de la Sony. La oficina se ofreció a dar informaciones sobre la realidad del Opus Dei y solicitó a Sony que incluyese un aviso al inicio de la película, una leyenda, que aclarara que se trata de una obra de fantasía y que cualquiera parecido con la realidad era pura coincidencia. Este gesto - afirmaba la carta - "sería una manifestación de respeto hacia la figura de Jesús, la historia de la Iglesia y las convicciones religiosas de los espectadores."
¿Por qué habéis elegido una línea por así decir, blanda, sin polémicas?
Hemos tratado de siempre mantener un estilo cortés y un tono de respeto. Sabíamos claramente que, si queríamos conseguir el respeto, debíamos actuar en todo momento con respeto. Esto quiere decir no usar nunca un lenguaje agresivo, ningún ataque o amenaza, no juzgar nunca las
intenciones de los otros. Siempre hemos tratado de movernos entre las siguientes coordenadas: libertad, responsabilidad, diálogo.
¿Cómo ha concluido la polémica con Sony?
Dado que la película ya ha salido en Cannes hemos podido constatar que ninguna de nuestras peticiones ha sido escuchada. Por tanto hemos emitido un último comunicado en el que recordamos a Sony algunos pasos sobre el respeto de la cultura y la religión de los otros, presentes en el Código de Comportamiento Ético de la empresa. No queremos juzgar pero, una vez más, con cortesía y cordialidad, pedimos respeto para aquello en lo que creen millones de cristianos en el mundo.
¿Se puede hacer un balance?
El efecto positivo lo principal de toda esta historia ha sido un impulso a la colaboración eclesial. Se ha generado un clima de cooperación entre numerosas instituciones eclesiales para contribuir entre todos a hacer conocer mejor a la Iglesia y la persona de Jesucristo. Además, llegan noticias de personas que se han acercado a la Iglesia gracias a las respuestas que ha provocado el DVC. En realidad la colaboración se ha extendido a muchos otros cristianos.
¿Cuál es la lección que nosotros cristianos podemos aprender de este hecho?
El éxito del libro y, se supone, de la película, nos muestran que en la gente hay sed de Jesús. La gente quiere saber más, conocer mejor los contenidos de la fe. Como ha dicho hace algunos días el Cardenal Ruini, el Código nos debe empujar a todos a una labor de catequesis estrecha. Que se debe hacer con empeño, buen humor y abertura, porque el mensaje de amor de Jesús y de la Iglesia es atractivo y hace feliz al hombre. (Agencia Fides 19/5/2006 - Líneas: 103 Palabras: 1334)


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