VATICANO - El Santo Padre a los nuevos Embajadores de El Chad, India, Cabo Verde, Moldavia y Australia: “Es importante que, en cualquier lugar del mundo, toda persona pueda adherirse a la religión que ha elegido y practicarla libremente y sin miedo”

viernes, 19 mayo 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - En la mañana del jueves 18 de mayo el Santo Padre Benedicto XVI recibió en Audiencia a los nuevos Embajadores de El Chad, India, Cabo Verde, Moldavia y Australia. Tras haber recibido de cada Embajador las Cartas Credenciales, el Papa ha pronunciado un discurso y, finalmente, se ha dirigido a los Embajadores, a sus colaboradores y a sus familiares.
“Vosotros pertenecéis a la gran familia de los diplomáticos que, en todo el mundo, trabajan para crear puentes entre los diversos países, en la perspectiva de la instauración y afirmación de la paz y de relaciones más firmes entre los pueblos, sea en el plano de la solidaridad fraterna que de los intercambios económicos y culturales para el bienestar de todas las poblaciones del planeta”, dijo el Santo Padre subrayando la necesidad de “no reducir las decisiones a tomar a simples urgencias del momento… Es necesario que cada uno se comprometa concretamente, aceptando que no puede tener en cuenta solamente el interés de los que le son más cercanos, o de un estrato particular de la sociedad, en detrimento del interés general, sino considerando sobre todo el bien común de las poblaciones del país y más en general de la humanidad entera. En la era de la globalización, es importante que la gestión de la vida política no se inspire de manera preponderante o única en consideraciones de orden económico, en la búsqueda de un creciente beneficio, a costa de un uso desconsiderado de los recursos del planeta, en detrimento de las poblaciones, en particular de las más desaventajadas, corriendo el riesgo de hipotecar, a largo plazo, el futuro del mundo”.
Prosiguiendo con su discurso, el Papa Benedicto XVI señaló que “la paz se radica en el respeto de la libertad religiosa, que es un aspecto fundamental y primordial de la libertad de conciencia de los individuos y de la libertad de los pueblos. Es importante que, en cualquier parte del mundo, todos puedan adherirse a la religión que ha elegido y practicarla libremente y sin miedo, porque nadie puede fundar su propia existencia únicamente en la búsqueda del bienestar material. Aceptar una tal dimensión personal y comunitaria tendrá indudablemente efectos benéficos en la vida social”. Finalmente el Santo Padre terminó exhortando a los responsables de las naciones y a todos los hombres de buena voluntad a comprometerse cada vez con más decisión “en la construcción de un mundo libre, fraternos, solidario”, donde la atención a las personas se anteponga a las cuestiones económicas. (S.L.) (Agencia Fides 19/5/2006 Líneas: 36 Palabras: 474)


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