ASIA/TIMOR ORIENTAL - El país vive en la incertidumbre, miedo entre la población. La casa de los misioneros Salesianos, refugio y ayuda para 5.000 personas sin hogar

miércoles, 17 mayo 2006

Dili (Agencia Fides) - “Se respira un clima de incertidumbre y espera. Hay una aparente calma que no promete nada de bueno. Nos acercamos al aniversario de la independencia, el 20 de mayo, y se temen nuevas violencias para aquella ocasión. El momento histórico es muy delicado. A una crisis política se añade una general insatisfacción a causa de las condiciones sociales y económicas”: es el cuadro de la situación de Timor Este trazado por el P. Eligio Locatelli, de 69 años, misionero Salesiano, en Timor desde hace 42 años.
Los últimos meses han visto aumentar la tensión en la capital de la joven república asiática, todavía afligida, a cuatro años de la proclamación de la Independencia de Indonesia, por una general condición de degradación social e inestabilidad política que se reflejan en la población.
P. Eligio explica: “La sociedad está dividida, tantas viejas heridas que aún no han cicatrizado. Existe también una fractura entre la gente que vive en la región más occidental y la que vive en la parte más oriental del mismo Timor Este. Además, las difíciles condiciones económicas, la pobreza, la falta de infraestructuras y la desocupación están generando un descontento que puede explotar de un momento a otro. La chipa que ha encendido las nuevas violencias ha sido el despido de 600 soldados regulares, después de que estos no se presentaran en el cuartel durante un mes como protesta contra los bajos sueldos, el nepotismo y la falta de reconocimientos. Ex-militares y fuerzas del orden se han enfrentado, incendiando áreas de la capital. Han vuelto a aparecer armas entre las manos de los civiles y el espectro de las organizaciones paramilitares. Las familias tienen miedo, por eso muchos han abandonado la ciudad y se han dirigido hacia el interior, buscando lugares más seguros”.
Actualmente se registra una situación de emergencia en el centro de los salesianos situado a las puertas de Dili: “Unas cuatro o cinco mil personas, entre las que hay mujeres, ancianos y niños, - cuenta el P. Eligio - se han refugiado en la estructura de los salesianos, donde permanecen acampados desde hace semanas. Estamos proporcionándoles alimentos y ayuda médica. La situación desde el punto de vista higiénico está bajo control, si bien no deja de ser un riesgo, considerado el altísimo número de refugiados. Nos ayudas algunas ONGs, pero la situación sigue siendo crítica”. Otras organizaciones no gubernamentales, como el Voluntariado Internacional para el Desarrollo (VIS), están contribuyendo a la sensibilización de la opinión pública a nivel internacional y en ayudas concretas. Mientras, a nivel político, la incertidumbre es extrema: en los próximos días el congreso del Fretilin, el partido en el gobierno, podría llegar a designar un nuevo gobierno. Y la Iglesia, en esta delicada situación intenta hacer todo lo que puede, trabajando sobre todo a nivel social. Los Obispos están también en contacto con los líderes civiles, para explorar las vías que puedan conducir al país hacia el diálogo y la reconciliación. (Agencia Fides 17/5/2006 Líneas: 38 Palabras: 523)


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