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Yakarta (Agencia Fides) - “Fabianus Tibo, Marinus Riwa y Dominggus da Silva, los tres católicos indonesios condenados a muerte son inocentes. Pedimos al Presidente, a la Alta Corte: ¡No los ajusticiéis! ¡Dejadles en libertad!”: es el llamamiento lanzado por el Misionero Verbita indonesio P. Patricio Pa, Director de las Obras Misionales Pontificias (OMP) en Indonesia. El P. Pa y el movimiento misionero indonesio están apoyando una campaña de presión por la liberación de los tres católicos, condenados injustamente por un homicidio que no han cometido.
Los tres, explica el P. Pa, “son inocentes y se está realizando una nueva investigación para demostrar que no tienen nada que ver con los hechos que se les imputan. Dentro de nuestra acción misionera está también el compromiso por la justicia, y este caso es evidente. Nos hemos puesto en marcha con otros sectores de la Iglesia indonesia y con organizaciones de la sociedad civil para defender la liberación de los tres. Es una cuestión de justicia, es una acción humanitaria, no es ciertamente una mera defensa a priori de correligionarios. Alzamos la voz y, mientras tanto, rezamos por ellos y sus familias”, subraya el Director de las OMP.
El caso sigue envuelto de ambigüedades y contradicciones. Hace una semana el colegio de cinco jueces nombrados por la Corte Suprema rechazó unánimemente el llamamiento de los abogados defensores. La noticia apareció en los mass media indonesios, pero no se ha hecho oficial todavía el pronunciamiento de la Corte.
El procedimiento de reexaminación del caso bloqueó la ejecución de la sentencia. Mientras, en el área de Poso, la policía y las autoridades locales, intentando exculpar a los acusados, están realizando nuevas investigaciones: incluso han exhumado los cadáveres de los hombres que, según la acusación, habrían sido asesinados por ellos tres, en busca de nuevas pruebas. Una segunda petición de gracia ha sido enviada al Presidente indonesio Susilo Bambang Yudhoyono. También las presiones internacionales, llegadas de Italia y Suecia, y las manifestaciones en diversos estados del mundo (como Estados Unidos y España) pueden haber influido para que Yakarta no haya fijado aún el día de la ejecución.
Fabianus, Domiggus y Marinus, indonesios católicos, habitantes de la isla de Sulawesi, fueron arrestados en el 2000, bajo la acusación de homicidio durante los desórdenes de tinte religioso que ensangrentaron la ciudad de Poso el mismo año. El 5 de abril de 2001 fueron condenados a muerte por el tribunal regional de Palu.
Recientemente, el Obispo de Manado, Mons. Suwatan, llevó a los tres condenados a muerte en Indonesia la bendición del Santo Padre Benedicto XVI, que quiso hacer llegar la expresión de su solicitud y su cercanía espiritual.
También la comunidad de San Egidio hizo un llamamiento a las autoridades indonesias y puso en marcha una campaña internacional para salvar a Fabianus, Domiggus y Marinus. (PA) (Agencia Fides 16/5/2006. Líneas: 38 Palabras: 497)
