VATICANO - “En los tiempos en los que vivimos, los cristianos son llamados a cultivar un estilo de diálogo abierto al problema religioso, no renunciando a presentar a los interlocutores la propuesta cristiana en coherencia con la propia identidad”: el Papa Benedicto XVI a la Plenaria del Pontificio Consejo de la Pastoral para los Emigrantes y los Itinerantes

martes, 16 mayo 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - “La Iglesia Católica advierte con una conciencia cada vez mayor que el diálogo interreligioso es parte de su compromiso en servicio de la humanidad en el mundo contemporáneo. Esta convicción se ha convertido, como se dice en “pan cotidiano” especialmente para quien trabaja en contacto con los emigrantes, los refugiados y con las diversas categorías de personas itinerantes”. Así habló el Santo Padre Benedicto a los participantes en la Sesión Plenaria del Pontificio Consejo de la Pastoral para los Emigrantes e Itinerantes, que se desarrolla del 15 al 17 de mayo con el tema: “Emigración e itinerancia desde y hacia los países de mayoría islámica”. En su discurso durante la audiencia del 15 de mayo, el Santo Padre dijo: “En los tiempos en los que vivimos, los cristianos son llamados a cultivar un estilo de diálogo abierto al problema religioso, no renunciando a presentar a los interlocutores la propuesta cristiana en coherencia con la propia identidad. Se advierte cada vez más la importancia en la reciprocidad del diálogo, reciprocidad que la Instrucción Erga migrantes caritas Christi define justamente como un “principio” de gran importancia. Se trata de una “relación fundada en el respeto recíproco” y antes todavía “una actitud del corazón y del espíritu” (n.64). Testigos de hasta que punto este esfuerzo es importante y delicado son los esfuerzos que en tantas comunidades se van haciendo para tejer con los inmigrantes relaciones de mutuo conocimiento y estima, que son más que nunca útiles para superar prejuicios y cerrazones mentales”.
Refiriéndose al tema elegido por la Asamblea Plenaria, el Santo Padre Benedicto XVI afirmó que “concierne a una realidad social cada vez más actual. La movilidad de los países musulmanes merece una específica reflexión, no sólo por la relevancia cuantitativa del fenómeno, sino sobre todo porque la identidad islámica es una identidad muy característica, tanto a nivel religioso como cultural”.
El punto de referencia de la comunidad cristiana en su obra de acogida y de diálogo con los emigrantes y los itinerantes, “tiene como constante punto de referencia a Cristo que ha dejado a sus discípulos, como regla de vida, el mandamiento nuevo del amor”. Tras esto, Benedicto XVI exhortó a los creyentes “a abrir sus brazos y su corazón a cada persona, de cualquier país del que provenga, dejando después a las autoridades responsables de la vida pública a establecer las leyes que consideren oportunas para una sana convivencia. Continuamente estimulados a dar testimonio de aquel amor que nos ha enseñado el Señor Jesús, los cristianos deben abrir el corazón especialmente a los más pequeños y a los pobres, en lo que Cristo mismo está presente de modo singular. Actuando así, manifiestan el carácter más cualificante de la identidad cristiana: el amor que Cristo ha vivido y que continuamente transmite a la Iglesia mediante el Evangelio y los Sacramentos. Obviamente, es de esperar que también los cristianos que emigran hacia países de mayoría islámica encuentren allí la acogida y el respeto de su propia identidad religiosa”.
Concluyendo su discurso, el Santo Padre agradeció a los participantes en la Asamblea Plenaria su trabajo “para hacer funcionar una orgánica y eficaz pastoral para los emigrantes e itinerantes”, subrayando que “ésta es una frontera significativa de la nueva evangelización en el actual mundo globalizado”. (S.L.) (Agencia Fides 16/5/2006 Líneas: 43 Palabras: 610)


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