ASIA/SRI LANKA - “Es necesario mantener encendida la llama de la paz”, dice el Nuncio Apostólico, tras los nuevos y graves episodios de violencia

viernes, 12 mayo 2006

Colombo (Agencia Fides) - “Cada uno debe ser responsable y contribuir para que no apague la esperanza de paz. Confiamos en la ayuda de Dios y en todos los hombres de buena voluntad para que la débil llama de la esperanza no se apague en Sri Lanka. El deseo de paz vive en los corazones de todos, es un denominador común. Pedimos también a la comunidad internacional que nos ayude a restaurar un clima de confianza y reconciliación”, es el llamamiento que nos ha hecho S.E. Mons. Mario Zenari, Nuncio Apostólico en Sri Lanka, al día siguiente del grave episodio de violencia que ha turbado al país entero.
Al menos 45 personas, entre militares del ejército regular y rebeldes tamiles, han muerto en una batalla naval sostenida ayer a lo largo de la costa septentrional de Sri Lanka. Es el choque más violento que se ha tenido desde el 2002, cuando entró en vigor una tregua después de 20 años de conflicto civil. Durante el combate los guerrilleros del “Liberation Tiger of Tamil Eelam” (Ltte) hundieron una barca patrulla de la policía costera al hacerla chocar contra una embarcación llena de explosivos: Las unidades de la Marina militar hundieron cinco embarcaciones de los rebeldes. La patrullera escoltaba un buque que transportaba a 710 soldados, que ha sido salvado. Tras el combate en el mar, aviones de guerra y helicópteros bombardearon algunas zonas controladas por los rebeldes, sobre todo en el distrito de Kilinochchi. El ejército además, bombardeó con la artillería bases de los guerrilleros en el distrito de Trincomalee.
Los recientes actos beligerantes siguen a otros episodios de violencia, acontecidos la semana pasada. Los observadores hablan de “reanudación de la guerra civil”. La Iglesia Católica de Sri Lanka está gravemente preocupada. La vuelta abierta a las hostilidades ha generado amargura y tristeza porque la situación parece degenerar rápidamente. “El hecho es que el conflicto está en gran parte causado por injusticias y discriminaciones aún no resueltas”, señalan las fuentes locales. El clima de tensión y violencia hace que se resienta también fuertemente la reconstrucción del dopo-tsunami. Justamente cuando el proceso de reconstrucción y normalización de la vida de los ciudadanos afectados estaba ya bastante adelantado, el conflicto viene a bloquear toda actividad de solidaridad, sobre todo para los habitantes de la zona septentrional de la isla. “Las poblaciones afectadas por el tsunami sufren así una doble desgracia, dado que las operaciones de solidaridad se interrumpen, quemándose para tantas familias las esperanzas de volver a una vida normal, con una casa, una escuela para los niños, un trabajo”. (Agencia Fides 12/5/2006 Líneas: 32 Palabras: 454)


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