Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - El miércoles 24 de septiembre, el Santo Padre Juan Pablo II, no pudo presidir la ordinaria Audiencia General del miércoles en el Aula Pablo VI, a causa de una indisposición. El texto de la catequesis del Papa, comentando el salmo 8, fue leído por el Secretario de Estado el Cardenal Angelo Sodano. Juan Pablo II siguió por televisión la audiencia y al término de la misma, saludo desde Castel Gandolfo e impartió la bendición apostólica.
“En el corazón del Salmo 8, de hecho, emerge una doble experiencia- explicó el Papa en la catequesis - Por un lado, la persona humana se siente como aplastada por la grandiosidad de la creación, «obra de tus dedos» divinos ... Por otro lado, sin embargo, Dios se inclina sobre el hombre y le corona como si fuera su virrey: «lo coronaste de gloria y dignidad». Es más, a esta criatura tan frágil le confía todo el universo para que pueda conocerlo y sustentarse.... El Salmo nos hace conscientes de nuestra grandeza y de nuestra responsabilidad ante la creación”.
El Santo Padre prosiguió después evidenciando que “la vocación del hombre no puede quedar limitada en el actual mundo terreno” sino que “Dios quiere llevar «a muchos hijos a la gloria» . Para que se pudiera realizar este proyecto divino era necesario que la vocación del hombre encontrara su primer cumplimiento perfecto en un «pionero» . Este pionero es Cristo”.
“Dios prepara para nosotros una corona de gloria con la que recompensará nuestra fidelidad que le demostramos incluso en los momentos de tempestad que sacuden nuestro corazón y nuestra mente. Pero en todo momento él está atento para ver qué es lo que le pasa a su criatura predilecta y quiere que en ella brille para siempre la «imagen» divina de modo que sea en el mundo signo de armonía, de luz y de paz”. (S.L.) (Agencia Fides 25/9/2003 Líneas: 25 palabras: 354)