EUROPA/RUMANIA - Oración, comunión y anuncio se entrelazan en la Misión popular de Târgu Jiu

martes, 9 mayo 2006

Târgu Jiu (Agencia Fides) - Del 30 de abril al 7 de mayo los Misioneros Oblatos de Maria Inmaculada (OMI) ha participado en la misión popular de Târgu Jiu, solicitada por Don Petru Husariu, párroco de la iglesia de S. Juan de Capestrano (ver Fides 27/4/2006). El Padre Elio Filardo OMI, nos ha enviado algunos testimonios de los misioneros que publicamos a continuación.
Silvia: "No sé si soy la persona que tenía que haber llevado esta cruz al cuello, ni si mi familia es la más adaptada para albergar un Centro de Escucha, es posible que haya otros más capaces de hacer algo del género. Una de las cosas buenas que he sentido realizarse durante la misión ha sido no solo el conocimiento de los feligreses sino sus problemas, su vivencia más profunda. Me he encontrado con ancianos, niños y familias diferentes. Al salir de algunas casas me encontraba totalmente desorientada, pero rezaba al buen Dios para que me diera la fuerza de superar estos momentos y de fortalecerme puesto que tenía que abrir otra puerta con mucha serenidad. […] Me he propuesto llevar siempre esta cruz al cuello, no tanto por el hecho de que ha sido bendecida, sino porque me recuerda permanentemente el período de la misión. Pienso que si Dios me ha dado la posibilidad de llevarla es para que yo no olvide en ningún momento y en ningún lugar decir a todos con palabras y hechos que Jesús nos ama”.
Sr. Ana, de las Maestras Pías Venerines: "un aspecto extraordinario ha sido el Centro de Escucha que me ha enriquecido muchísimo, no sólo cuando se han compartido problemas personales sino sobre todo en el momento en que se dio testimonio de que la pobreza material no impide a las personas vivir plenamente en Dios."
Gabi: "Yo, mi marido y mi hijo nos hemos preparado con pasión a las visitas de las familias. En estas visitas hemos encontrado a personas realmente felices que saben vivir la fe ofreciendo y recibiendo amor el uno del otro, personas unidas en la oración y que frecuentan regularmente los sacramentos. También hemos encontrado a personas apresuradas que han conseguido todo lo que deseaban desde un punto de vista material, y por ello, agradecen a Dios, pero sólo esto. Él está en su corazón, escondido en alguna parte, pero no tienen tiempo suficiente para encontrarse con Jesús presente en la Eucaristía."
Iulian: “Habiéndome dedicado ya a ser misionero, desde hace un poco de tiempo me preguntaba como sería esta misión. Las emociones comenzaron el domingo, primer día de la misión, durante la entrada a la iglesia. No entré como de costumbre sino como un día de fiesta, me encontraba entre los ministros y sacerdotes. El punto central de las emociones fue cuando me encontré ante el altar para recibir la cruz misionera. En las casas dónde he estado, he sentido el amor del Padre a través de las palabras, la acogida y la alegría de la gente."
Camelia: "En el Centro de Escucha he vivido una experiencia inédita, y con la alegría en el alma, he podido comprobar que, a pesar de todo, la fe en Dios no ha muerto". (S.L) (Agencia Fides 9/5/2006; Líneas: 37 Palabras: 543)


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