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Murcia (Agencia Fides) - “En este Congreso hemos comprendido mejor que somos el Pueblo de la Vida y queremos, con la ayuda de Dios anunciar al mundo el Evangelio de la Vida”, se lee en las conclusiones publicadas al término del Congreso Internacional “Europa por la Vida” celebrado en la Universidad Católica “San Antonio” de Murcia (España) del 4 al 7 de mayo (ver Fides 3/5/2006).
“La vida es un don de Dios”, se afirma en el documento y por ello, “tutelarla, promoverla y defenderla es tarea inexcusable de todos”. Se constata a continuación como la nueva situación y el nuevo orden cultural y social en el que nos hallamos hoy “caracterizado por el permisivismo, por la secularización de la cultura y por la autosuficiencia que lleva al olvido y la censura de Dios y a la relegación de los religioso a la esfera privada”, tiene unas consecuencias trágicas como son: “la vida sistemáticamente menospreciada, pasa de ser un don a ser un problema y se ve sometida a amenazas... La vida incoada no viene reconocida en su status de ‘ser personal’ y la vida terminal se sacrifica en aras de su inutilidad social se justifica bajo una falsa compasión”. Todo ello además viene reforzado por los mass-media que manipulan la verdad de las cosas.
“Esta situación”- continua el documento - “nos impulsa al anuncio de la cultura de la vida, misión de todos, especialmente de los católicos, que tienen en el Magisterio de la Iglesia una eficaz herramienta”, y al mismo tiempo invita a denunciar las ideologías de muerte. Para ello, según los participantes en el Congreso, se necesitan “medios de comunicación social al servicio de la ética de la vida” y “hacer uso de las instancias jurídicas, políticas, económicas y culturales que tanta incidencia tienen en la promoción de la cultura de la vida”. Otros de los puntos importantes sobre los que se insiste en las conclusiones son la defensa de la familia como “lugar de incondicional acogida de cada ser humano,”; la promoción del avance científico riguroso, entre ellos potenciar la investigación con células madre adultas y no con células madre embrionarias; la ayuda a todas las “iniciativas que tienen por objeto la preservación de vida”; el “reconocimiento de la objeción de conciencia de los profesionales, ante las presiones legales que les instan a destruir o manipular la vida incipiente o terminal”. (RG) (Agencia Fides 9/5/2006 Líneas: 28 Palabras: 420)
