VATICANO - El Card. Crescenzio Sepe ha abierto la asamblea General de las OMP: "Nuestro principal empeño como Directores Nacionales de las Obras Misionales Pontificias es inclinarnos, como buenos samaritanos, ante las necesidades de nuestros hermanos, especialmente de los más pobres y necesitados"

jueves, 4 mayo 2006

Roma (Agencia Fides) - "Nuestra actividad misionera es el esfuerzo que ponemos en nuestro trabajo para dar a conocer que Dios es amor… Queridos hermanos, este es nuestro principal empeño como Directores Nacionales de las Obras Misionales Pontificias: inclinarnos, como buenos samaritanos, ante las necesidades de nuestros hermanos, especialmente de los más pobres y necesitados”. Es la exhortación que el Card. Crescenzio Sepe, Prefecto de la Congregación para la evangelización de los Pueblos y Presidente del Comité Supremo de las Obras Misionales Pontificias (POM), ha dirigido esta mañana a los Directores nacionales de las Obras Misionales Pontificias reunidos en Roma para la Asamblea General ordinaria (ver Fides 3/5/2006).
En su discurso de apertura de los trabajos, el Card. Sepe ha recordado como durante la asamblea del año pasado se firmaron los Estatutos actualizados de las OMP, después de un largo y difícil recorrido: "Hoy tenemos un texto claro y adecuado para afrontar los no poco problemas y desafíos que plantea la actual situación misionera en el mundo". Después el Cardenal Prefecto se ha detenido a ilustrar algunos aspectos del carácter pontificio y episcopal de las OMP, a partir de los que afirma el nuevo Estatuto en los nn. 15-18. "Se debe ante todo reafirmar que el carácter pontificio de las Obras no es reducible a una cuestión de mera gestión - ha subrayado el Card. Sepe -. El criterio que anima una unidad católica, no pueden ser sino "de orden esencialmente teologal", como escribió el P. De Lubac en ¿Pluralismo de Iglesias o unidad de la Iglesia?, Brescia, 1973, p.40". El carácter pontificio de las OMP por lo tanto "es la expresión de su particular carácter eclesial: a medida que este aspecto se fue haciendo más claro en su camino, las Obras han visto enriquecer su estructura y pasar de formas de 'actuosa participatio' de algunos laicos a la vida de la Iglesia, hasta realidades diocesanas aprobadas por los Obispos. Poco a poco, han asumido el carácter de asociaciones nacionales y supra-nacionales, hasta que estos aspectos han hecho evidente su dimensión católica. Entonces se ha reconocido su carácter pontificio, que no rechaza las dimensiones del camino diocesano, sino que las asume y desarrolla en una ulterior, más amplia dimensión católica."
Centrándose luego en el cambio recíproco de los dones entre las Iglesias, que caracteriza la comunión católica, el Prefecto del Dicasterio Misionero ha destacado que "se debe cuidar que los dones que las Iglesias se intercambian eliminen la superioridad de quien dona y la inferioridad de quien recibe; estén atentas a las necesidades reales de las Iglesias y sus caminos; reflejen una auténtica jerarquía de necesidades eclesiales y no sólo la capacidad directiva de algunos, lleguen a todas las Iglesias sin descuidar a ninguna. En pocas palabras, se trata de discernir lo que promueve la comunión y lo que, por el contrario, expresa y mantiene la diferencia de poder económico y político que existe también entre las Iglesias". Corresponde por tanto, a las estructuras centrales "saber ofrecer un cuadro en el que las iniciativas individuales puedan introducirse y contribuir a una misión universal."
El nuevo Estatuto de las OMP, partiendo de los profundos cambios sociales y culturales que estamos viviendo, que requieren revisar los problemas e impostaciones, categorías y lenguajes, "pide el coraje de un mínimo de profecía para saber ver con antelación los problemas y saber tomar en antelación alguna línea de solución". En definitiva, el nuevo Estatuto nos exhorta "a aprender, comprender e interpretar juntos la realidad misionera de hoy”. "Con este espíritu - ha continuado el Cardenal - todos deben entrar en un diálogo fraterno, que debe ser visto cómo una forma de corresponsabilidad. No se trata de anular las legítimas autonomías de cada uno, antes bien, de reforzarlas practicando mejor el don espiritual del consilium: don del Espíritu, el consilium pone los valores de todos al servicio de la común búsqueda de la voluntad de Dios, aquí y hoy, en el contexto de nuestra labor misionera". (S.L) (Agencia Fides 4/5/2006 - Líneas: 50 Palabras: 703)


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