AFRICA/KENYA - Se agrava la situación de inseguridad del Norte de Kenya: al menos 300 personas obligadas a refugiarse en una parroquia católica

viernes, 28 abril 2006

Nairobi (Agencia Fides) - Mientras los keniatas abarrotaban las iglesias, las plazas y los estadios en la Jornada Nacional de Oración promovida por el gobierno para invocar la protección divina frente la inseguridad (ver Fides 21 de abril 2006), las violencias no se detienen. Los episodios más graves se han registrado en el distrito de Samburu, 400 Km. al norte de la capital de Kenya, Nairobi. Según informa la agencia CISA, a causa de las incursiones de grupos de asaltantes, unas 300 personas se han visto obligadas a refugiarse en la parroquia de “Suguta Marmar”. Al menos 10 personas han sido asesinadas en los más de veinte ataques perpetrados por hombres armados provenientes del cercano distrito de Baringo.
Los refugiados, que han huido con el ganado y unos pocos enseres personales, duermen en el suelo de la sala parroquial. La diócesis de Maralal y el gobierno les procuran el alimento. “Tememos que comiencen a difundirse las enfermedades debido a las pésimas condiciones higiénicas”, dice el P. Joseph Lengolos, responsable de la parroquia. Se teme que los asaltantes puedan atacar también la parroquia para matar a los refugiados y robar sus animales.
Evans Onyego, coordinador de la Comisión “Justicia y Paz” de la diócesis de Maralal, que ha efectuado un reconocimiento de la zona, afirma que la ha encontrado desierta. Según el representante de “Justicia y Paz”, al menos 10.000 cabezas de ganado, vacas, cabras y ovejas, han sido robadas durante las incursiones. Onyiego se manifestó preocupado ante la posibilidad de que la población afectada pueda optar por la compra armas para vengarse. “Según el Obispo de Maralal, las últimas violencias no han sido motivadas sólo por el robo del ganado, sino por la venganza”, dice el P. Eugenio Ferrari, misionero de la Consolata, Director de las Obras Pontificias Misioneras de Kenya. “Tras una serie de homicidios, dos grupos étnicos rivales han entrado en una espiral de de venganza y represalia. Las mujeres y los niños han huido de las aldeas para refugiarse en las misiones católicas, mientras que los hombres se esconden en los bosques preparados para iniciar incursiones contra los adversarios”.
En la región hay pocos policías, mientras que las bandas de hombres violentos están bien armadas y realizan sus incursiones en pequeños grupos que atacan de manera simultanea y coordinada diversas localidades.
Los Obispos de Kenya han dirigido un llamamiento al gobierno para que intervenga con decisiones para defender a la población civil. “La situación más grave es la de Maralal, pero también en otras zonas de Kenya hay tensiones profundas”, dice el P. Ferrari. “En Osiolo, en una emboscada en la carretera ha sido asesinado un catequista, mientras que el misionero que estaba con él ha escapado de la muerte por los pelos: un proyectil ha pasado ha pocos centímetros de su cabeza. En Marsabit, un misionero y una religiosa han sido raptados en otra emboscada en la carretera”. (L.M.) (Agencia Fides 28/4/2006 Líneas: 37 Palabras: 510)


Compartir: