VATICANO - “Que el celo misionero continué creciendo en vosotros y en vuestro amado pueblo, fortaleciendo vuestros esfuerzos dirigidos a difundir el Evangelio”: Exhortación del Papa Benedicto XVI a los Obispos de Ghana recibidos en visita Ad Limina

martes, 25 abril 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - “Sé que este año es un jubileo especial para la Iglesia en Ghana. En efecto, justamente ayer, 23 de abril, se celebraba el centenario de la llegada de los misioneros a la parte septentrional de vuestro país. Pido en particular que el celo misionero siga creciendo en vosotros y en vuestro amado pueblo, fortaleciendo vuestros esfuerzos dirigidos a difundir el Evangelio”. Ésta fue la exhortación que el Santo Padre Benedicto XVI dirigió a los Obispos de Ghana recibidos en visita Ad Limina apostolorum el lunes 24 de abril, en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico.
“En los últimos años, vuestro país ha dado grandes pasos hacia delante para afrontar la plaga de la pobreza y reforzar la economía - dijo el Santo Padre durante su discurso -. A pesar de este laudable progreso, queda todavía mucho por hacer hasta superar esta condición que obstaculiza a una vasta parte de la población. La pobreza extrema y difundida frecuentemente produce un declive moral generalizado que conduce al crimen, a la corrupción, a agresiones contra la santidad de la vida humana e incluso a un regreso a las prácticas supersticiosas del pasado”. En esta situación, la Iglesia es llamada a resplandecer “como faro de esperanza en la vida del cristiano”, ayudando a los fieles a comprender mejor las promesas de Jesucristo, intensificando los programas de formación que ayuden a los fieles a profundizar su fe cristiana y asumir su justo puesto en la Iglesia de Cristo y en la sociedad.
El Santo Padre subrayó también la importancia del papel del catequista, expresando agradecimiento “a los numerosos laicos, hombres y mujeres, que sirven con abnegación a la iglesia local en este modo”, permaneciendo “mensajeros valientes de la alegría de Cristo” también frente a los obstáculos que frecuentemente encuentran en su ministerio. Después exhortó a los Obispos a trabajar para que “estos evangelizadores reciban el apoyo espiritual, doctrinal, moral y material que necesitan para realizar correctamente su misión”.
El alto porcentaje de jóvenes en la población d Ghana, exige que la Iglesia afronte sus problemas “de modo sincero y amoroso”, elaborando adecuados programas juveniles que respondan a sus expectativas y les ayuden a reforzar su identidad católica, proporcionándoles “los instrumentos necesarios para afrontar los desafíos de una realidad económica cambiante, de la globalización y de la enfermedad. Les ayudará también a responder a los argumentos frecuentemente presentados por las sectas religiosas”.
Otro tema tocado por el Santo Padre durante su discurso fue el de la familia y matrimonio cristianos. “Muchos de vosotros estáis preocupados por la correcta celebración del matrimonio cristiano en Ghana - dijo el Papa Benedicto XVI -. Comparto vuestra preocupación e invito a los fieles a poner el Sacramento del Matrimonio en el centro de vuestra vida familiar. Si bien el cristianismo intente siempre respetar las venerables tradiciones de las culturas y de los pueblos, intenta también purificar esas prácticas que son contrarias al Evangelio. Por este motivo es esencial que toda la comunidad eclesial continúe subrayando la importancia de la unión monógama e indisoluble entre hombre y mujer, consagrada por el santo matrimonio. Para el cristiano, las formas tradicionales de matrimonio no pueden ser jamás sustitutivas del matrimonio sacramental”.
Finalmente el Papa se detuvo a comentar el tema de la formación de los futuros sacerdotes: “El sacerdocio nunca puede ser considerado como un modo de mejorar la propia posición social o calidad de vida. Si así fuera, el don sacerdotal de sí y la disponibilidad hacia el plan de Dios darían vía libre a los deseos personales, haciendo al sacerdote ineficaz e irrealizado. Por esto, os animo en vuestros esfuerzos constantes dirigidos a garantizar la idoneidad de los candidatos al sacerdocio y a una correcta formación sacerdotal para cuantos estudian para el ministerio sagrado”. (S.L.)


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