EUROPA/ITALIA - Mil sacerdotes, diáconos y seminaristas de los cinco continentes se enfrentan sobre los desafíos y oportunidades de la vida y misión del sacerdote hoy

jueves, 20 abril 2006

Castel Gandolfo (Agencia Fides) - Han llegado desde la India y Tailandia, desde Sudáfrica, Canadá y Líbano, en total de 50 Países: son más de mil sacerdotes, diáconos y seminaristas - en su mayoría católicos, aunque también los hay de otras denominaciones cristianas - que participan en Castel Gandolfo (Roma) participan en el Congreso "Iglesia. Espiritualidad de comunión y diálogo", que se concluye el 21 de abril. En el intento de leer juntos las "signos de los tiempos”, el Congreso se enfrenta con los desafíos que pesan hoy sobre la vida de los sacerdotes, crisis de credibilidad e incidencia, fragmentación social y cultural, individualismo y superactividad, pero también quiere poner de relieve las nuevas oportunidades ofrecidas por la dimensión de la comunión.
Don Silvano Cola, responsable del Movimiento sacerdotal del Movimiento de los Focolares que promueve el encuentro, ha abierto el Congreso. Después una serie de testimonios-flash han puesto de relieve la impresionante variedad de perfiles que presenta la vida de los sacerdotes y diáconos en el mundo de hoy. Los expertos de diversas áreas geográficas han subrayado a continuación la difundida "sed de Dios" a la que es necesario aprender a responder. La primera y más importante respuesta a la disminución de la "imagen” del sacerdote en la opinión pública - han afirmado - es una vuelta ala radicalidad del Evangelio. Entre los grandes desafíos, se encuentran los rostros de la injusticia y la pobreza en tantas partes del mundo. Entre los signos de esperanza, el florecer de los nuevos carismas y de las pequeñas comunidades eclesiales.
Chiara Lubich, fundadora de los Focolares ha destacado en su mensaje la idea-clave de este Congreso: "Jesús crucificado y abandonado es Aquel que ha abierto a los hombres el camino a la fraternidad universal". Es en el momento del abandono que Él ha restablecido la relación entre los hombres y Dios, pero también es "el vínculo de unidad entre los hombres. He aquí porque se habla de Él: ¡Él es el verdadero sacerdote! ". De aquí un preciso augurio: "qué cada uno vea en Jesús crucificado y abandonado su modelo, para que la Iglesia hoy se vea enriquecida de sacerdotes-Cristo, dispuestos a dar la vida por todos". (S.L) (Agencia Fides 20/4/2006, Líneas: 27 Palabras: 390)


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