EUROPA/ESPAÑA - "La religión continua siendo el hilo de acero que parece frágil, pero que en realidad es fuerte como vínculo de solidaridad y compactibilidad": impresiones del padre Justo Lacunza-Balda después del Segundo Congreso Internacional de Rabinos e Imanes realizado en Sevilla

miércoles, 5 abril 2006

Sevilla (Agencia Fides) - Del 19 al 22 de marzo se realizó en Sevilla al "Segundo Congreso Mundial de Imanes y Rabinos por la Paz" (ver Fides 16/3/2006). El Congreso estaba organizado por la Fundación "Hommes du Parole" y tuvo como tema principal la importancia de la educación y el conocimiento para derribar las barreras de los prejuicios, de los miedos y de las inseguridades en las relaciones entre líderes religiosos musulmanes y judíos. Participaron en el encuentro 53 líderes judíos, 62 musulmanes y 71 expertos. El Padre Justo Lacunza-Bala, Rector del Pontificio Instituto de Estudios árabes e Islamistas (Pisai), era el encargado de moderar la primera sesión de los debates. Por primera vez se ha pedido a un representante de un Pontificio Instituto de la Santa Sede que dirigiera las discusiones entre Imanes y Rabinos que representan a comunidades, naciones e instituciones del mundo islámico y del mundo hebreo. Hemos pedido al P. Lacunza que nos diese su impresión sobre los trabajos.
“No puedo olvidar cuando muchos de los Jefes religiosos judíos y musulmanes, presentes en el Congreso - cuenta el p. Lacunza -, me manifestaron en privado que era realmente extraordinario ver reunidos a líderes de las religiones del Libro que se saludaban, discutían, hablaban informalmente y comían en la misma mesa. Durante el encuentro de Sevilla un gran número de Jefes religiosos judíos y musulmanes se han mirado a los ojos, recorriendo con su mirada sus respectivas historias, adivinando el dolor recíproco, sintiendo la amargura de los conflictos, manifestando el sufrimiento del presente y expresando con resolución la voluntad de construir un futuro mejor por medio de la palabra, la escucha y la reconciliación.
No corresponde al auténtico pensar en dos bloques compactos y solidarios, por una parte los líderes judíos y por otra los líderes musulmanes. Nada más lejos de la realidad lo que yo he podido observar en el Congreso de Sevilla, dónde no han faltado las disputas y contiendas entre los participantes. Ya desde el primer día se vio claramente que la elección entre orientación política y visión religiosa del Islam era el centro del debate entre los participantes musulmanes. La cuestión palestina salio a la luz cuando los participantes palestinos afirmaron que el conflicto israelita-palestino es la fuente de las relaciones entre judíos y musulmanes. Por parte de los participantes hebreos no todas las posiciones fueron armoniosas o expresaron la misma orientación. Las elecciones que han llevado a Hamas al gobierno y las elecciones pendientes en Israel influenciaron directamente el clima del congreso.
Los organizadores, viendo el peligro de la contraposición entre los participantes, tomaron la decisión de no dejar que las discusiones y los debates fueran monopolizadas por cuestiones internas, sea de parte musulmana que de parte hebrea. Por ello, se dio amplio espacio a las sesiones generales, invitando los participantes a sugerir temas de discusión y argumentos de debate. Esta vía llevó a los participantes a reunirse en grupos de trabajo donde judíos y musulmanes pudieron discutir con libertad y sin constricciones de ningún tipo.
Tres aspectos me parecieron importantes para el futuro de las relaciones entre judíos y musulmanes. No hay ningún duda de que la religión continua siendo el hilo de acero que parece frágil, pero que en realidad es fuerte como vínculo de solidaridad y compactibilidad. El primer aspecto es la cuestión de la enseñanza y las predicaciones. La necesidad y la importancia de la educación religiosa fue subrayada en el pleno respeto de la diversidad de las diversas tradiciones de fe. Esto parece que se da por hecho, pero no es así viendo la interpretación equivocada de los textos sagrados y el llamamiento a combatir al enemigo o eliminarlo. Era clara la invitación a impartir una educación religiosa que ayude a la convivencia pacífica. El segundo aspecto es el compromiso por respetar la dignidad de la persona, promover los derechos humanos y favorecer la justicia y la paz. Esto requiere un gran esfuerzo y una gran confianza que ciertamente implicará cada vez más a los jefes religiosos del mundo y no sólo a judíos y musulmanes. El tercer aspecto es el llamamiento a los gobiernos e instituciones para que tomen en serio las religiones, evitando la indiferencia y respetando las diversas tradiciones religiosas.
Se puede afirmar que el Congreso de Sevilla es un acontecimiento que ha dado espacio a un encuentro entre Jefes hebreos y musulmanes venidos de todas las partes del mundo. El mensaje era inconfundible. No podemos dispersar nuestras fuerzas ante los desafíos de nuestro tiempo. Los cantos tradicionales, en los que participaron judíos y musulmanes durante los encuentros informales por la tarde, eran un eco de la posibilidad de poder convivir en armonía, más allá de la diferencia. La presencia de algunos cristianos, invitados como observadores y moderadores, han sido muy estimada. Y gracias a la mediación de un sacerdote católico se consiguió la paz y la reconciliación entre dos participantes, haciendo que uno de ellos volviera a la sala y dando espacio a su intervención. El resto lo hace Dios, Luz que guía los destinos de la humanidad e ilumina el camino de los que invocan su Nombre". (R.F) (Agencia Fides 5/4/2006 - Líneas: 63 Palabras: 897)


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