VATICANO - "Cristo, Sumo Sacerdote, en su solicitud por la Iglesia llama en cada generación a personas que cuiden de su pueblo; en particular, llama al ministerio sacerdotal a hombres que ejerzan una función paternal, cuya fuente está en la paternidad misma de Dios": Mensaje de Papa Benedicto XVI par ala Jornada de las Vocaciones

viernes, 31 marzo 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "La celebración de la próxima Jornada Mundial de Oraicón por las Vocaciones me brinda la ocasión para invitar a todo el Pueblo de Dios a reflexionar sobre el tema de la Vocación en el misterio de la Iglesia" escribe el Santo Padre Benedicto XVI en su Mensaje por la 43º Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, que se celebrará el próximo 7 de mayo, IV domingo de Pascua. "Antes de la creación del mundo, antes de nuestra venida a la existencia, el Padre celeste nos ha elegido personalmente, para llamarnos a entrar en relación filial con Él, por medio de Jesús, Verbo Encarnado, bajo la guía del Espíritu Santo" continúa el Papa, poniendo en evidencia como "el peso de dos milenios de historia hace difícil percibir la novedad del misterio fascinador de la adopción divina, que está en el centro de la enseñanza de San Pablo”.
No es ciertamente necesario ser perfecto para responder a la llamada de Dios: "las fragilidades y los límites humanos no representan un obstáculo, a condición de que contribuyan a hacernos cada vez más conscientes del hecho de que necesitamos la gracia redentora de Cristo… En el misterio de la Iglesia, Cuerpo místico de Cristo, el poder divino del amor cambia el corazón del hombre, haciéndolo capaz de comunicar el amor de Dios a los hermanos". A lo largo de los siglos muchos han consagrado la vida a la causa del Reino: muchos se han dejado conquistar por Jesús, otros han sido elegidos personalmente por Él, otros lo han seguido por ppropia iniciativa. "Estos hombres y estas mujeres… representan la multiplicidad de las vocaciones desde siempre presentes en la Iglesia. Modelo de quien está llamado a testimoniar de manera particular el amor de Dios es Maria, la Madre de Jesús."
El mensaje continúa recordando que "la Iglesia es santa, aunque sus miembros necesitan ser purificados, para hacer que la santidad, don de Dios, pueda resplandecer en ellos hasta su pleno fulgor". Considerando la llamada universal a la santidad, recordada por el Concilio Vaticano II, el Santo Padre subraya que "Cristo, Sumo Sacerdote, en su solicitud por la Iglesia, llama en cada generación, a personas que cuiden de su pueblo; en particular, llama al ministerio sacerdotal a hombres que ejerzan una función paternal, cuya fuente está en la paternidad misma de Dios". El Papa Benedicto XVI evidencia que "la misión del sacerdote en la Iglesia es insustituible" y también la escasez de clero que se registra en algunas zonas, no debe debilitar la certeza de que Cristo continua suscitando hombres que “se dedican totalmente a la celebración de los sagrados misterios, a la predicación del Evangelio y al ministerio pastoral."
Otra vocación especial es la llamada a la vida consagrada. "Siguiendo el ejemplo de Maria de Betania, que "sentada a los pies de Jesús, escuchaba su palabra" (Lc 10,39), muchos hombres y mujeres se consagran en un seguimiento total y exclusivo a Cristo". Aún desarrollando numerosos servicios en el campo de la formación humana, de la atención a los pobres, en la enseñanza, en la asistencia a los enfermos, consideran siempre como su primer y particular deber "la contemplación de las cosas divinas y la unión asidua con Dios" (CDC Can. 663, § 1)".
¡El Santo Padre concluye su Mensaje recordando la invitación de Jesús - “La mies es mucha, pero los obreros son pocos! Rogad pues al dueño de la mies para que envíe operarios a su mies!” (Mt 9,37) - y exhortando a pedir por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada: "No sorprende que, allí donde se reza con fervor, florezcan las vocaciones. La santidad de la Iglesia depende esencialmente de la unión con Cristo y de la apertura al misterio de la gracia que opera en el corazón de los creyentes. Por ello, quisiera invitar a todos los fieles a cultivar una íntima relación con Cristo, Maestro y Pastor de su pueblo, imitando a Maria, que guardaba en su corazón los divinos misterios y los meditaba asiduamente. (cfr Lc 2,19) ". (S.L) (Agencia Fides 31/3/2006 Líneas: 48 Palabras: 728)


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