VATICANO - El Papa Benedicto XVI en visita pastoral a la Parroquia de Dios Padre Misericordioso: "A pesar de nuestra indignidad, nosotros somos los destinatarios de la infinita misericordia de Dios. Dios nos ama en un modo que podríamos decir "obstinado", y nos envuelve en su inagotable ternura"

lunes, 27 marzo 2006

Roma (Agencia Fides) - En el cuarto domingo de cuaresma, 26 de marzo, el Santo Padre Benedicto XVI ha realizado la visita pastoral a la Parroquia de Dios Padre Misericordioso, querida por el Papa Juan Pablo II como recuerdo del Gran Jubileo del año 2000. La liturgia de este domingo - designada como "domingo Laetare" - está impregnado de alegría. "Viene espontáneo preguntarse: pero ¿cuál es el motivo por el que debemos alegrarnos?” ha preguntado el Papa durante la homilía, y ha explicado: "Ciertamente un motivo es que se acerca la Pascua, cuya previsión nos hace saborear la alegría del encuentro con el Señor resucitado. Pero la razón más profunda está en el mensaje ofrecido por las lecturas bíblicas que nos propone la liturgia hoy. Estas nos recuerdan que, a pesar de nuestra indignidad, nosotros somos los destinatarios de la infinita misericordia de Dios. Dios nos ama en un modo que podríamos decir "obstinado", y nos envuelve en su inagotable ternura."
Después de haber ilustrado el sentido de las lecturas proclamadas durante la liturgia de la Palabra, el Papa Benedicto XVI ha recordado que esta iglesia “fue expresamente querida por mi amado Predecesor Juan Pablo II, en recuerdo del Gran Jubileo del año 2000, para que condensara de manera eficaz, el sentido de ese acontecimiento espiritual extraordinario". Después ha recordado el texto que Juan Pablo II había preparado para el ángelus del domingo 3 de abril, II domingo de Pascua, pero que no pudo pronunciar. Dice así: "A la humanidad, que en ocasiones parece como perdida y dominada por el poder del mal, del egoísmo y del miedo, el Señor resucitado le ofrece como don su amor que perdona, reconcilia y vuelve abril el espíritu a la esperanza. El amor convierte los corazones y da la paz". Y añadía: "¡Cuánta necesidad tiene el mundo de comprender y acoger la Divina Misericordia!”.
En la parte conclusiva de la homilía, el Santo Padre ha dirigido un particular saludo al párroco, al Cardenal Vicario Camillo Ruini y al Cardenal Crescenzio Sepe, titular de la iglesia, al Vicegerente y al Obispo del sector este de Roma, Su Exc. Mons. Luigi Moretti, y a todos los que colaboran en las actividades pastorales. Luego ha exhortado a los presentes: "Comprender y acoger el amor misericordioso de Dios: que este sea vuestro compromiso ante todo dentro de las familias y después en todo ámbito del barrio... Continuad, queridos amigos, en el camino emprendido, esforzándoos por hacer de vuestra parroquia una verdadera familia dónde la fidelidad a la Palabra de Dios y a la Tradición de la Iglesia se conviertan día tras día cada vez más en la regla de vida. Sé además que esta iglesia vuestra, por su original estructura arquitectónica, es meta de muchos visitantes. Hacedles apreciar no solamente la belleza del edificio sagrado, sino sobre todo la riqueza de una Comunidad viva, que testimonia el amor de Dios, Padre misericordioso. Ese amor que es el verdadero secreto de la alegría cristiana, al que nos invita el actual domingo Laetare". (S.L) (Agencia Fides 27/3/2006 - Líneas: 37 Palabras. 550)


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