VATICANO/ÁNGELUS - El Papa Francisco en la fiesta de la Presentación: “En Jesús habita toda la plenitud de Dios”.

domingo, 2 febrero 2025

Vatican Media

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - En el Misterio de curación y redención anunciado en el Evangelio, siempre nos “asombra” el hecho de que la salvación ofrecida a todos esté “concentrada en uno”, porque “en Jesús habita toda la plenitud de Dios, de su Amor”. Lo ha repetido hoy el Papa Francisco, que esta mañana, a mediodía, ha vuelto a la Plaza de San Pedro para el rezo del Ángelus dominical en la fiesta de la Presentación en el Templo del Niño Jesús.

Comentando el pasaje del Evangelio de hoy, que narra el encuentro entre la Sagrada Familia y los ancianos Simeón y Ana en el Templo de Jerusalén, el Pontífice ha señalado como las “voces conmovidas” de los dos ancianos “resuenan entre las viejas piedras del Templo, anunciando el cumplimiento de las expectativas de Israel. Verdaderamente Dios está presente en medio de su pueblo: no porque habite entre cuatro paredes, sino porque vive como hombre entre los hombres. Esta es la novedad de Jesús”.

A continuación, el Obispo de Roma se ha detenido en las tres palabras con las que Simeón, en su cántico de alabanza, se refiere al niño Jesús: “salvación”, “luz” y “signo de contradicción”.

En primer lugar, Jesús es la salvación, “la salvación universal concentrada en uno”, “porque en Jesús habita toda la plenitud de Dios”. Jesús es también luz, porque nos "redimirá de las tinieblas del mal, del dolor y de la muerte. ¡Cuánta necesidad tenemos, también hoy, de esta luz!”.

Por último, Jesús “es signo de contradicción” porque “revela el criterio para juzgar toda la historia y su drama, y también la vida de cada uno de nosotros”, es decir el amor.

Tras la bendición, el Papa ha recordado la Jornada por la Vida que se celebra hoy en Italia: “Me uno a los Obispos italianos para expresar mi gratitud a las numerosas familias que acogen de buen grado el don de la vida y para animar a las parejas jóvenes a no tener miedo de traer hijos al mundo”.

Y sobre el valor primordial de la vida humana, el Pontífice ha reiterado “el ‘no’ a la guerra, que destruye, lo destruye todo, destruye la vida e induce a despreciarla. Y no olvidemos que la guerra es siempre una derrota. En este Año Jubilar, renuevo mi llamamiento, especialmente a los gobernantes cristianos, para que pongan el máximo empeño en las negociaciones que pongan fin a todos los conflictos en curso. Recemos por la paz en la martirizada Ucrania, Palestina, Israel, Líbano, Myanmar, Sudán, Kiwu del Norte”.
(F.B.) (Agencia Fides 2/2/2025)


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