ASIA/INDONESIA - La responsabilidad de cada hombre para prevenir los conflictos y la violencia en las islas Molucas y a Sulawesi

martes, 21 marzo 2006

Ambon (Agencia Fides) - La violencia se combate cambiando el corazón del hombre. Los conflictos se evitan gracias a la buena voluntad de cada miembro de la comunidad, que debe trabajar para construir la paz y la armonía social. Las diferencias culturales y religiosas son elementos que contribuyen al pluralismo, enriquecimiento y desarrollo de toda sociedad humana. Lo afirman líderes religiosos, personalidades civiles y políticas, exponentes del mundo de la asociación, comentando la actual situación en las islas Molucas y en el guacamayo de Sulawesi, después de la reciente visita al lugar del Presidente indonesio Susilo Bambanag Yudhoyono. El Presidente expresó, durante su visita, su satisfacción porque actualmente la provincia de las Molucas registra una vida social apacigua, expresando su deseo de que se superen los conflictos y que esta situación de tranquilidad se fortalezca en el futuro.
Yudhoyono ya se había acercado hasta el lugar en tiempos del conflicto civil de 1999-20002, en calidad de Ministro de Interior y se encontraba entre los promotores de los acuerdos de Malino que en el 2002 pusieron fin al conflicto. El Presidente ha subrayado después la prioridad actual: poner fin a los problemas de las 3.850 familias de refugiados que viven en condiciones precarias.
Los líderes de la comunidad han deseado que la situación de calma y las buenas relaciones puedan durar mucho tiempo, y que las heridas causadas por el conflicto puedan ser gradualmente saneadas, en una atmósfera de reconciliación que favorezca al bienestar de todos.
Las provincias de las islas Molucas y de la isla de Sulawesi han vivido una ulterior fase de tensión en otoño del 2005, cuando, después de una serie de episodios provocadores, la población temía una reanudación de los enfrentamientos interreligiosos y un resurgir del terrorismo. Por ello, las autoridades reforzaron las medidas de seguridad. Pero las islas Molucas están también metidas en el espectro de la creciente pobreza que constituye el terreno de cultivo en el que se recluta mano de obra para la criminalidad.
Según estadísticas oficiales, 126.000 familias viven en las islas Molucas por debajo del umbral de pobreza, un dato que crea gran preocupación a nivel social y civil. En el archipiélago de las especias uno de los problemas mayores es el de los refugiados, que escaparon después de la guerra civil de los años 1999-2002, y que en la actualidad pretenden volver a Ambon y reiniciar su vida. El gobierno está tratando de situarlos, pero la operación presenta dificultades por la falta de alojamientos y por el actual estado de la ciudad
Mientras, la situación de los evacuados se va deteriorando fuertemente. La malnutrición crece rápidamente entre los niños y las condiciones higiénicas sanitarias son ordinarias. En los campos de refugiados existentes en los alrededores de la capital, Ambon, las condiciones de vida son cada vez más difíciles, y se considera que también dentro de la ciudad de Ambon más de 60.000 personas viven en extrema pobreza. (Agencia Fides 21/03/2006 Líneas: 38 Palabras: 506)


Compartir: