EUROPA/ESPAÑA - Entrevista al Padre Justo Lacunza-Balda, Rector del Pontificio Instituto de Estudios Arabes e Islamistas (PISAI), moderador del "Segundo Congreso Mundial Imanes y Rabinos por la Paz" que se realizará en Sevilla

jueves, 16 marzo 2006

Roma (Agencia Fides) - Se tendrá en Sevilla, del 19 al 22 de marzo, el "Segundo Congreso Mundial de Imanes y Rabinos por la Paz". El Congreso está organizado por la Fundación "Hommes du Parole" que tiene el objetivo de usar el instrumento de la palabra humana como vehículo para construir la paz entre comunidades distintas. El primer Congreso se celebró en Bruselas en el 2005. Después de muchas perplejidades, incluso por parte de los organizadores, Imanes y Rabinos han podido expresar libremente sus ideas en el respeto de la diversidad religiosa y cultural. El tema principal del Segundo Congreso es la importancia vital de la educación y el conocimiento para derribar las barreras de los prejuicios, los miedos y las inseguridades en las relaciones entre líderes religiosos musulmanes y judíos. Los organizadores han pedido al Padre Justo Lacunza-Balda, Rector del Pontificio Instituto de Estudios Arabes e Islamistas (PISAI), que asuma la responsabilidad de moderar la primera sesión de los debates. Es la primera vez que se pide a un representante de un Pontificio Instituto de la Santa Sede que dirija las discusiones entre Imanes y Rabinos que representan a las comunidades, naciones e instituciones del mundo islámico y del mundo hebreo. En efecto, el Congreso verá la participación de 53 rabinos, 62 imanes y 71 expertos de ambas religiones. En la lista de los participantes figuran naciones como Italia, Gran Bretaña, Francia, Bélgica, Turquía, Rumania, Canadá, Estados Unidos, Israel, Polonia, Noruega, Dinamarca, Venezuela, Jordania, Singapur, Tanzania, Irán, Nigeria, Costa de Marfil, Estonia, Tayikistán, Rusia, Marruecos, Suiza, Kenia, Ucrania, Alemania y Holanda. (Para una ficha biográfica sobre el P. Lacunza ver el fondo la nota)

Padre Lacunza ¿por qué es importante este encuentro?
En un mundo profundamente secularizado, los encuentros entre jefes religiosos se han convertido en un espacio de búsqueda de los valores comunes, una valiosa ayuda a la solución de los problemas sociales, una vía para construir juntos la paz, integrando las diferencias y el pluralismo. La tecla de la religión es hoy la más sensible y la más fuerte. Por tanto, un Congreso como el de Sevilla se convierte en un espacio para aplacar las iras, para curar las heridas y para encontrar juntos nuevos modos de construir nuestras sociedades. El diálogo constructivo, la discusión libre, el intercambio de ideas y experiencias significa un paso más para afrontar conflictos, guerras y violencia. El diálogo no es nunca tiempo perdido porque es comunicación de vida con los otros, convicciones transmitidas, valores enfatizados, empeño común en un mundo dónde la indiferencia, la inercia y la apatía son muros que enjaulan a la sociedad y a las naciones. El diálogo interreligioso e intercultural es la consecuencia lógica de un mundo global, interconectado, interdependiente.
Las políticas de mercado, que las personas reducen a cifras y números, corren el peligro de no ver la precariedad de millones de personas inmersas en la indigencia y la pobreza. Reconducir a los interlocutores de diversas tradiciones religiosas a lo esencial para poner a la persona humana en el centro, significa poner la atención en el espacio común de todas las sociedades humanas por encima de toda diferencia. El espíritu universal de la Iglesia es la luz que ilumina este camino y hace de guía por esta vía.
La importancia de este Congreso internacional puede ser resumido en tres puntos: necesidad de encontrarse, importancia del tema elegido y atención a las relaciones entre judíos y musulmanes. En los últimos meses la situación política solicita que los líderes religiosos tengan la posibilidad y el deseo de hablar sobre cuestiones que afectan a la vida social. Los problemas actuales que van desde los conflictos a la violencia y a los atentados realizados en nombre de la religión hacen necesario el encuentro para encontrar soluciones para una convivencia pacífica, para una colaboración efectiva y para un respeto recíproco en las diversidades creencias. Por ello, el tema elegido para el Congreso toca dos de los fundamentos sobre los que se basa la sociedad humana, la educación y el conocimiento, que permiten regular de manera civil y respetuosa de la diversidad las diferentes culturas. Judíos y musulmanes han tenido en los últimos años dificultad para hablarse libremente y con respeto porque prevalecía en ambas partes la actitud de tener razón. Hoy judíos y musulmanes han visto que la solución a los problemas se solucionan mejor, en vez de con la violencia, los conflictos y el odio, con el instrumento de la palabra y la escucha. Este Congreso reúne a los principales representantes musulmanes y judíos de instituciones, universidades, centros de estudios, mezquitas y sinagogas. Es una oportunidad para los participantes de expresar sus propias ideas y convicciones sin el miedo de ser juzgados o condenados. Cada relator se convierte en actor-protagonista en un Congreso dónde nadie es espectador sino que todos participan intensamente. La importancia de este Congreso reside también en el hecho de que judíos y musulmanes viven junto a los cristianos y a los miembros de otras religiones en el mundo y es por lo tanto, inevitable, e incluso necesario, que se encuentren y que dialoguen. La mejora de las relaciones entre judíos y musulmanes también incide en la calidad y dirección de las relaciones con los cristianos. Muchos participantes vienen de zonas calientes del mundo donde la religión es instrumentalizada para golpear y destruir al otro y no para construir juntos una sociedad mejor. La mayor parte de los relatores no se han encontrado nunca antes y el hecho de que se encuentren es una vía para un mayor conocimiento del otro, para una escucha de los problemas reales y una búsqueda de respuestas justas. Por ejemplo, las guerras y los conflictos contribuyen a un mal uso de los recursos humanos y naturales creando enemistad, pobreza y violencia. La religión no puede ser relegada a un puro ejercicio ritual, sino que debe implicar a todos sin distinción de fe o cultura y esto porque el ser humano debe ser puesto en el centro de toda sociedad humana. En efecto, la fe cristiana nos lleva a mirar y respetar al otro, no como un compañero de viaje, sino como un hermano o hermana que lleva dentro de si la huella sagrada de Dios.

¿Qué papel tendrá Vd. en este Congreso?
Aparte el hecho de ser moderador que da la palabra, coordina las intervenciones y ayuda a los participantes a construir juntos con ideas, experiencias y palabras, me parece que soy un testigo en carne y hueso del espíritu universal de la Iglesia, de la luz de Cristo "que ilumina a todo hombre”, de la solicitud de la Iglesia por todos los pueblos, de la Deus caritas est del Papa de Benedicto XVI. Mi papel no se limita sólo a las sesiones de trabajo y debate, sino que incluye también el modo informal y personal de relacionarse, de responder a las preguntas sobre las actividades de la Iglesia, sobre la fe cristiana, sobre las relaciones con otras religiones. Pienso en el hecho de que mi fe cristiana debe ser "sal y levadura", un pequeño espejo en el que los participantes puedan adivinar lo esencial de la fe cristiana "el amor de Dios y el amor al prójimo".
Los organizadores del Congreso han creído oportuno pedir a un sacerdote católico, experto en cuestiones islámicas y rector de un Pontifico Instituto especializado en estudios árabe-islámicos, que modere las discusiones entre los líderes religiosos. Creo que esto es un signo muy importante del papel de la Iglesia católica en la difusión de la cultura del respeto, de la libertad y de la colaboración. Me parece que al moderar el debate se deberá subrayar cuales son las problemáticas reales y no imaginarias entre judíos y musulmanes. Como por ejemplo el modo de hablar del otro, el modo de juzgar su religión y el modo de tratar al otro. Mi papel será mantener abierta la vía de la comunicación, de modo que se construya con la dialéctica y no que se destruya con la polémica. También será importante crear confianza entre los participantes y construir un entorno dónde los participantes pueden decir cuáles son las propuestas reales en lo que concierne a la educación y el conocimiento para contribuir a realizar la armonía, el respeto y la paz tanto a nivel local como a nivel internacional.

Los protagonistas del Congreso son imanes y rabinos que discuten de paz. ¿Cuál es el significado de su presencia como representante de un Pontificio Instituto?
Como se puede ver por el título del Congreso, los jefes religiosos cristianos no están directamente implicados en las discusiones. Sin embargo creo que la presencia de un católico como moderador tiene una doble función - la de la escucha y la de la palabra - que se puede relacionar con el espíritu de la fe cristiana. El fundador de la Iglesia cristiana dedicó la mayor parte de su vida a la escucha, al aprendizaje y al crecimiento de su propia identidad. Tan sólo 30 años después de vida transcurridos con su familia en Nazaret empezó Jesús la vida pública de su enseñanza. En este sentido, la Iglesia católica siguiendo las huellas de su fundador, debe buscar la "encarnación" del mensaje de Jesús en la humanidad.

¿Por qué se ha elegido el tema educación y conocimiento?
Estos dos argumentos son indispensables en un mundo en el que la ciencia, la tecnología y la vida, requieren una constante actualización del saber. Nuestras sociedades no pueden ser administradas solamente con los textos sagrados que tienen un valor indispensable para el hombre. En efecto, la educación secular también tiene un papel importante que permite a la persona formarse con un espíritu libre y crítico y desarrollar sus propios talentos. La educación y el conocimiento son las vías en las que se fundamenta toda elección de la persona. La educación y el conocimiento permiten conocer sin temor la religión y la cultura del otro. El descubrimiento del otro nos lleva a conocer la propia identidad y a estar preparados para un intercambio positivo y constructivo. La ignorancia es la vía directa hacia una actitud de condena y polémica. La falta de conocimiento de la religión ajena es fuente de prejuicios e indudablemente también de contraposiciones más o menos violentas. El conocimiento y la educación permiten considerar al otro como un interlocutor necesario e indispensable que ayuda a aumentar la propia fe, a madurar las propias convicciones y a vivir con un gran sentido de libertad en el pluralismo de las culturas y religiones. Poniendo juntos las diversas culturas se crea una cultura superior.

¿Cuáles son los problemas que encuentran los líderes religiosos en las relaciones entre ellos?
La desconfianza, los prejuicios y las condenas son algunos de los problemas más agudos que encuentran los líderes religiosos. Por una parte están los que creen tener siempre razón y por consiguiente, no dudan nunca de su modo de ver, de entender y de hablar. Es positivo que en un encuentro internacional los líderes religiosos tengan la oportunidad de descargar su malestar, su insatisfacción. Este hecho se convierte en una condición necesaria para llenar aquellos espacios vacíos con nuevas ideas, con un modo innovador de pensar, con una nueva visión, que permita considerar a los otros en el mismo plano, con la misma dignidad, con el mismo respeto. En este sentido, se puede progresar, afrontar los problemas más serenamente y encontrar soluciones aceptables y válidas para todos. El diálogo entre jefes religiosos no puede convertirse en ideología sin contenido, antes bien debe convertirse en un camino para trabajar juntos frente a los desafíos de nuestro mundo, desde la pobreza a los derechos humanos, desde la libertad religiosa a los derechos de las minorías, desde la precariedad económica a la dignidad de toda persona humana.
Los problemas conciernen sobre todo al peso de la historia dónde las comunidades hebreas podían practicar su religión no como un derecho de libertad religiosa, sino solamente porque les era permitido por las leyes del Estado islámico. En los últimos 50 años, desde la creación del Estado de Israel hasta nuestros días, las relaciones entre jefes religiosos judíos y musulmanes han estado condicionados por la cuestión israelí-palestina. Este problema sale cada vez que se encuentran jefes religiosos judíos y musulmanes. Otro argumento delicado son los libros de texto, dónde se usa a menudo un lenguaje inadecuado para describir la religión del otro. Un ulterior problema es la idea, muy difundida entre los jefes religiosos musulmanes, de que las políticas europeas y americanas están fuertemente influenciadas por grupos de presión conducidos por el Estado de Israel. Mientras los jefes religiosos judíos piensan que los jefes religiosos musulmanes favorecen la causa palestina y son hostiles a Israel y a los judíos. Las declaraciones del movimiento Al-Qaeda y del presidente iraní han sacudido las relaciones entre los jefes religiosos judíos y musulmanes. También los atentados contra sinagogas y mezquitas han envenenado ulteriormente las relaciones entre jefes religiosos judíos y musulmanes.
¿Conoce a algunos de estos jefes religiosos que se reunirán en Sevilla?
Conozco personalmente a muchos de los participantes del Congreso. Me interesa subrayar la presencia de imanes y rabinos que provienen de Gaza e Israel. Considerando la situación tensa que existe entre palestinos e israelíes, su presencia es una esperanza para la apertura de un resquicio dónde dejar pasar el genio del respeto, de los derechos y de la propia identidad.

(1) - Padre Justo Lacunza Balda es el rector del Pontificio Instituto de Estudios árabes e Islamistas (Pisai) que tiene su sede en Roma. Es sacerdote de la Sociedad de los Misioneros de África, llamado "Padres Blancos". De nacionalidad española, el padre Lacunza ha trabajado como misionero en Tanzania donde tuvo los primeros contactos con las comunidades musulmanas. En el Pisai ha realizado los primeros estudios de árabe e Islam, después de realizar el doctorado en lenguas y culturas africanas con especialización en Islam y lengua svajili en la Escuela de Estudios Orientales y Africana (Soas) de la universidad de Londres, considerada como una de las escuelas de estudios orientales más prestigiosas del mundo. El Padre Justo Lacunza Balda es considerado como uno de los máximos expertos en cuestiones islámicas y un gran estudioso de las relaciones entre cristianos y musulmanes. Desde siempre, el padre Lacunza trabaja en la promoción del diálogo entre las creencias y culturas. (R.F) (Agencia Fides 16/3/2006 )


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